Gimnasia sacó a un descolorido Boca de la Copa Argentina tras imponerse con un ajustado 1-0 en el estadio Mario Alberto Kempes. El único tanto lo anotó el ingresado Jan Hurtado, un venezolano de apenas 18 años. El equipo xeneize, todavía golpeado tras la derrota en el Superclásico el último domingo, no puede levantar cabeza y ayer prácticamente deambuló por toda la cancha. El conjunto platense se medirá ahora en los cuartos de final ante Central Córdoba de Santiago del Estero, que dejó en el camino a Brown de Adrogué al ganarle por 1 a 0.

Luego del comentado indulto de la Conmebol al brasileño Dedé, defensor del Cruzeiro expulsado tras chocar con Esteban Andrada por la Libertadores, y por el que la directiva xeneize apelará, un Boca herido salió a jugar ante Gimnasia en Córdoba con la difícil misión de dejar atrás el doloroso 0-2 por la Superliga que le aplicó River en La Bombonera. 

Por su parte, como en la fecha pasada de la Superliga el equipo platense igualó como local frente a Central y previamente le ganó a Patronato como visitante, el técnico Pedro Troglio por tercera vez consecutiva puso en cancha el mismo once titular.

Aun con Zárate y el colombiano Cardona de arranque, luego de que ambos se insultaran a la vista de todo el mundo en el último Superclásico, Boca no empezó con buen pie, dado que en apenas 12 minutos Tevez debió ingresar por Benedetto, quien acusó una molestia muscular. Y el ídolo boquense entró enchufado, porque de inmediato participó en la primera llegada franca de su equipo que culminó con un remate de Cardona y que Arias pudo controlar en dos tiempos. Poco después, el arquero del Lobo volvió a intervenir para atrapar un débil zurdazo de Pavón. 

Gimnasia había avisado antes con disparo de Rinaudo que se fue muy arriba y a puro pelotazo procuraba filtrar pases largos para sus delanteros. Sobre la media hora, Izquierdoz bajó a Guevgeozian en la puerta del área, pero el tiro libre ejecutado por el uruguayo Silva –un ex Boca– terminó estrellándose en la superpoblada barrera xeneize. Así, los primeros 45 minutos expiraron sin pena ni gloria entre muchas imprecisiones por parte de ambos equipos.   

Tras el descanso, Gimnasia salió un poco más decidido y al minuto tuvo otro tiro libre, esta vez a cargo de Piovi, que también salió muy arriba. Boca lucía lento, a ratos parecía perdido en la cancha, no mostraba mayores ideas en ataque y apenas avisó con dos intentos de Zárate, que luego se iría reemplazado por el uruguayo Nández. Muy poco para un equipo con semejante poderío ofensivo. Lo tuvo Buffarini, pero el triunfo al final fue para el Lobo por un oportuno pase de Licht para el venezolano Hurtado –pareció acompañar la pelota con su brazo–, que tumbó definitivamente a este traumado Boca y lo sacó del certamen federal.