En diciembre de 2014, los concejales de Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires, aprobaron una ordenanza para impedir que el municipio promueva y apoye cualquier concurso de belleza para elegir reina en fiestas populares. Fue el primero que tomó la resolución de sacar los tradicionales certámenes con el argumento de que son discriminatorios y refuerzan la idea de que las mujeres deben ser valoradas sólo por su apariencia física. Villa Gesell fue el segundo municipio en cancelarlos. La medida la tomó el intendente y dispuso eliminar el certamen de la tradicional Fiesta de la Diversidad Cultural, que se realiza durante el fin de semana largo del 12 de octubre. Otros municipios siguieron el mismo camino, a partir de propuestas generadas desde el movimiento de mujeres. Como en el caso de Villa La Angostura, en Neuquén, que lo sacó de su Fiesta Nacional de los Jardines, que se hace en febrero. También Viedma, en Río Negro. Lo llamativo en Arrecife es que además se haga la fiesta “del mariposón”, para burlarse de la diversidad sexual. 

Todavía, son más las ciudades que siguen celebrando concursos de belleza entre adolescentes y jóvenes para elegir reinas en fiestas populares. Hay casi un centenar, que se realizan con fines turísticos y para promocionar algún producto regional. Los reglamentos suelen tener exigencias discriminatorias. En algunos casos, les imponen desfilar en trajes de baño con sandalias de taco aguja y los jurados –muchas veces funcionarios públicos– las evalúan en función de su “belleza física”, además de otras cualidades como “porte”, “desenvoltura” y “personalidad”. No sólo se limita la edad de las concursantes –pueden participar únicamente aquellas que tengan desde 16 y hasta 23, 24 o 25 años, en general–, sino que además se les suele imponer que sean solteras y no tengan hijos. Son concursos que están arraigados localmente y reciben un fuerte respaldo gubernamental. En algunos casos, incluso, se eligen “reinitas”, entre nenas de apenas 5 años, como en la Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar, donde se corona la reina del Capullo; en la Fiesta provincial del Trigo, en Tres Arroyos, la de la Espiguita, y en el municipio chubutense de Camarones, la del Salmoncito.