Arde Troya en la carnavalera Montevideo. Por razones de firmas, disputas y diferentes visiones artísticas, la tradicional murga Falta y Resto no será de la partida en el certamen de carnaval 2019. Según un comunicado aparecido en el facebook de la agrupación, la causa de tal ausencia radica en que uno de sus directores (Hugo Brocos) se negó a firmar la inscripción a la Prueba de Admisión para el típico concurso murguero, a realizarse en noviembre porque, según dicho comunicado, no está de acuerdo con el rumbo artístico que está tomando la Falta. Puntualmente, con la inclusión de mujeres, algo que tradicionalmente estaba casi vedado pero que los nuevos tiempos están modificando. Y de hecho, en muchos casos lo hacen. “De carnaval no entiendo mucho, pero ya que me preguntan respondo: ¿no aceptar mujeres?, ¿por qué?, ¿cuál sería el problema profundo, la mancha, la herejía?, ¿es raro, no? Me sorprende mi ignorancia una vez más”, ironizó un músico que sí tiene mucho que ver con la música del Río de la Plata, don Hugo Fattoruso, al ser consultado por PáginaI12. En la misma tesitura se mantiene el otro director responsable y fundador de la Falta, Raúl “Tinta Brava” Castro quien sí firma la inscripción, porque no está de acuerdo con la falta de mujeres en la Falta, aunque no lo exprese en público.   

Sí lo hace su hija Soledad Castro Lazaroff, letrista de la murga. “Uno de los dueños del nombre de la murga decidió que no va a firmar y por cómo es la logística del carnaval la murga no puede salir a concursar, aunque se encontraba ensayando un espectáculo ya escrito”, precisa ella. “Este señor sugiere, de forma muy evidente, que su decisión de impedir que la murga salga en carnaval se debe a la inclusión de mujeres. Después, esta persona se retracta y dice que es por su pelea con el otro dueño (Castro). La discusión mediática se centra entonces en la pelea entre ellos, y se quita el foco nuevamente de lo que verdaderamente importa: que las mujeres volvemos a ser silenciadas y sacadas del medio carnavalero”, sostiene Castro Lazaroff, olfateando el tufillo a machirulo de la cruzada de Brocos, quien dijo que una murga no precisaba tener integrantes mujeres para ser feminista. Sin embargo, Brocos, el famoso Piruja que fundó la murga junto a Tinta Brava a principios de la década del ochenta del siglo pasado, niega que su posición esté relacionada con una cuestión de género. 

 En tal beneficio de la duda se paró Daniel Maza, bajista nacido en el país celeste y aquerenciado en la Argentina, para matizar su opinión. “Primero habría que escuchar cuáles son las razones para que, en estos momentos que estamos pasando, uno de los directores de la murga tome tal decisión que, creo, debe ser con una base muy sólida”, dijo, y luego sí se largo a opinar: “Dicho esto, personalmente mi opinión es que ya no importa el sexo si lo que se hace, se hace bien. Así que no comparto esa decisión. Igual, tengamos en cuenta que para este señor la murga debe ser como su casa y uno en su casa deja entrar a quien quiere. Por lo tanto, creo que se debe escuchar sus razones”. Razones que no han trascendido públicamente, más que por la versión mayoritaria de murga, pero que no son ajenas a una grieta que se abrió en el mundo murgueril uruguayo, cuando las mujeres empezaron a cobrar importancia. De hecho, hace no más de un año Gabriel Méndez, conductor del programa radial Carnaval del futuro, identificó a Falta y Resto como “La murga de la meditación”, y fundamentó su posición de la siguiente manera: “Es la primera vez que vemos meditar a una murga en el escenario. Sin ningún tipo de connotación sexual, el carnaval se está aputasando”, dijo el hombre, sobre la agrupación originada en el barrio de Capurro. El comentario, del que luego se retractó, le valió una dura respuesta por parte de otra murga (La Mojigata) que lo acusó de realizar comentarios “homofóbicos, machistas y violentos”.  

“El año pasado tuve la idea, conversando con mi viejo, de sacar una murga con mujeres. No dije cuantas, sólo me imaginaba que estaría bueno, porque creía que era justo y que se podía. Cuando le dije eso al viejo, me contestó: ´que sea una murga igualitaria de verdad, la mitad mujeres y la mitad varones´. En ese momento quedé pirando, iba a ser el primer año que la responsabilidad coral y artística iba a ser mía casi que por completo”, dice por su parte Leandro Castro, hermano de Soledad e hijo de Raúl. “Tuve ese miedo que tenemos cuando pintan desafíos nuevos, esos que buscan romper estructuras, ese nerviosismo mezclado con emoción, y dije que sí, que estaba dispuesto. Y se dio nomas, la murga salió con seis mujeres y siete hombres en el coro y nos encantó, porque trascendió fronteras y empodero al género femenino a crear murga. Hoy, ese discurso nuevo y paritario es censurado por un compañero que cree que para ser feministas en la murga no se necesita tener mujeres, y decidió cortarnos las patas a quienes le hicimos la Falta y Resto gratis durante toda su vida. Decidió cortarle el carnaval a las pibas, otra vez, como siempre, silenciadas por el patriarcado carnavalero”. 

A tal noción de patriarcado carnavalero vuelve Soledad, para fundamentar su rechazo a la visión de “Piruja” Brocos. “Esta situación evidencia cómo se articulan, en el carnaval uruguayo y en tantos ambientes culturales, capitalismo y patriarcado: los dueños y directores responsables de las murgas son todos varones. Y la burocracia institucional del festival avala y respalda esta situación. Los mecanismos de exclusión se van articulando, quiero decir, para que las mujeres nos quedemos sin voz, y nadie pueda hacer nada. Creo que es terrible que suceda esto en un espacio como el carnaval, que debería estar signado por la pluralidad, la diversidad y la fiesta”, cierra la también cineasta y escritora, acerca de un estado de la cuestión complicado, que aleja a Falta y Resto de aquellos gloriosos momentos que la hicieron ganar el certamen de carnaval durante dos años consecutivos: 1988 y 1989. “No estoy al tanto, me acabo de enterar por ustedes”, sinceró ante PáginaI12 otro de los artífices principales de aquellos años de oro: el cantor Freddy “Zurdo” Bessio. Y tal vez algo fuerte haya querido decir con sin palabras… muchas veces el silencio, cantaba el Canario Luna, es la voz de la verdad.