Un informe policial y un nuevo testimonio contradicen las declaraciones del nominado a la Corte Suprema estadounidense, Brett Kavanaugh, acusado por varias mujeres de acoso sexual en su juventud, en la década de 1980. A pesar de que la semana pasada el juez había admitido ante el Comité Judicial del Senado que en ocasiones había bebido demasiadas cervezas (pero que nunca había perdido el conocimiento), un compañero de Kavanaugh de cuando eran estudiantes en la Universidad de Yale dijo que el magistrado no había dicho la verdad sobre sus hábitos de consumo alcohólico. Un informe policial, dado a conocer ayer por el diario The New York Times, confirmó este testimonio. 

El candidato a la vacante del tribunal más importante de Estados Unidos, nominado por el presidente republicano Donald Trump, participó en 1985 en una pelea de bar cuando estudiaba en la universidad, incidente por el que fue interrogado por la Policía. El periódico neoyorquino tuvo acceso al informe de la Policía de New Haven (Connecticut), que relata como un hombre de 21 años identificado como Dom Cozzolino acusó a Kavanaugh, que tenía 20, de lanzarle hielo encima por, según se relata, alguna razón desconocida. Un testigo de la pelea explicó que Chris Dudley, un amigo de Kavanaugh, golpeó después a Cozzolino con un vaso en la oreja, provocándole una herida. La Policía de New Haven interrogó entonces a cuatro personas, además de al juez, por la pelea, que ocurrió de madrugada. Según el informe, Kavanaugh no quiso decir si él había tirado el hielo o no. Todas estas acciones aparecen también en la declaración de Chad Ludington, ex compañero del juez, publicada el domingo.

“Una de las últimas veces que socialicé con Brett lo vi responder a un comentario semihostil (...) lanzando una cerveza en la cara del hombre en cuestión y empezando una pelea que terminó con uno de nuestros amigos en común en la cárcel”, había dicho Ludington. “Cuando vi a Brett dar su testimonio bajo juramento en el Comité Judicial del Senado el jueves, me dio vergüenza”, dijo el ahora profesor universitario y siguió: “Porque la verdad es que, en Yale, y no puedo hablar de otros momentos, Brett era un bebedor frecuente y empedernido. Lo sé porque, especialmente en nuestros primeros dos años en la universidad, a menudo bebía con él. En muchas ocasiones escuché a Brett arrastrar sus palabras y lo vi tambalearse por su consumo alcohólico, que no era solamente cerveza. Cuando Brett bebía, a menudo era beligerante y agresivo”, subrayó Ludington, quien contradijo así la declaración del nominado a la Corte.  “Puedo decir sin riesgo a equivocarme que, al negar la posibilidad de que alguna vez perdiera el conocimiento y al restar importancia al grado y frecuencia de su consumo de alcohol, Brett no dijo la verdad”, apuntó Ludington. “Creo –agregó– que la habilidad de decir la verdad, incluso cuando da una mala imagen de uno, es una cualidad primordial que buscamos en los jueces más poderosos de nuestro país”.

La vida del juez como docente universitario también se vio trastocada después de las denuncias. La emisora CNN informó ayer en base a un email enviado por el jurista a sus estudiantes que Kavanaugh dejará de dar clases en la universidad de Harvard en enero de 2019, sin precisar los motivos. Sin embargo, el lunes unos 800 egresados de la Escuela de Leyes de Harvard firmaron, según la emisora, una carta en la que pidieron a la universidad que Kavanaugh no pueda enseñar.

El FBI reabrió la investigación sobre el juez, acusado por varias mujeres de acoso sexual. Kavanaugh está a la espera de que el Senado vote su confirmación para acceder a la vacante en el Supremo. Los republicanos quieren que la votación del pleno del Senado sobre su candidatura sea esta semana, anunció el líder de la mayoría republicana en la cámara alta, Mitch McConnel, en Washington el lunes. En cambio, la demócrata Dianne Feinstein solicitó que las investigaciones del FBI no tengan plazo para que puedan ser escuchados todos los testigos y analizadas todas las acusaciones. Los republicanos acusan a los demócratas de estar demorando la votación hasta las elecciones de medio término del 6 de noviembre con la esperanza de contar para entonces con una mayoría en el Senado que permita rechazar la candidatura de Kavanaugh.