En el marco de la penúltima reunión del Consejo Asesor vigente del Incaa, el sector audiovisual volvió a movilizarse en las puertas de la Enerc. “Basta de subejecutar presupuesto”, “ejecución de la partida de créditos ya” y “no a la desaparición de la vía digital documental” fueron algunas de las consignas. Los realizadores reclamaron algo que finalmente se concretó durante la jornada: el nombramiento de comités de evaluación para ficción y documentales, con el fin de que el fomento quede garantizado hasta que entre en funciones el próximo Consejo.

“Todxs por el cine independiente” fue el mensaje general de la protesta. La comunidad audiovisual viene manifestando su preocupación en torno a varios temas, resumidos de esta manera por Fernando Krichmar, representante de los directores en el Consejo: una subejecución presupuestaria de 800 millones de pesos en los últimos dos años; trabas administrativas y postergaciones que devalúan el financiamiento y traen como consecuencia una disminución en la producción de películas y en los puestos de trabajo; y la eliminación de partidas de créditos. 

Además, con el cambio del plan de fomento, un excluyente sistema de puntajes y la “ilegal” exigencia de que sólo se pueden presentar personas jurídicas dejaron “afuera a la gran mayoría de las pequeñas y medianas productoras”. Mientras el sector exige una nueva vía de fomento que aliente a estas producciones, el Incaa amenaza con atacar la digital documental –de diez años de exitosa existencia–, según denuncia Krichmar. Por todo esto, distintas asociaciones y organizaciones exigieron que no se subejecute el presupuesto; el nombramiento de comités de evaluación de ficción y de documental y otros de crédito; revisión del plan de fomento para que no haya privilegios para grandes productoras; y la continuidad de la vía digital documental. Para sintetizar: lo que piden es “un verdadero e inclusivo fomento al cine independiente”.

Krichmar detalló a PáginaI12 los resultados de la reunión del órgano de cogobierno del Instituto: “Lo más relevante es que por obra de la movilización y la campaña que se viene haciendo se nombraron cuatro comités de evaluación de proyectos documentales, dos de ficción (audiencia media) y varios de convocatorias a concursos”, indicó. El encuentro –con la presencia del presidente del Incaa, Ralph Haiek– pasó a cuarto intermedio hasta el 24 de octubre. De manera que, la de ayer, que sería la última reunión del Consejo tal como estaba compuesto, se convirtió en la penúltima. Ahora, el sector peleará por el nombramiento de otros tres comités para la ficción. 

En la movilización había representantes de Documentalistas de Argentina (DOCA), Realizadores Integrales de Cine Documental (RdI), Colectivo de Cineastas (CdC), Directores Independientes de Cine (DIC), Proyecto Cine Independiente (PCI), Red Argentina de Documentalistas (RAD), Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) y Asociación de Directores y Productores de Cine Documental Independiente de Argentina (AdN). Entre sus integrantes hay temor respecto del nombramiento del futuro Consejo Asesor. En este sentido, el realizador recordó que desde julio hasta diciembre del año pasado el órgano estuvo sin funcionar. “Por eso preventivamente hicimos todo esto. No sabemos cuándo empezaría a regir el próximo; depende de cuando se le cante a Presidencia. Corremos el riesgo de que ningún comité califique las películas y los proyectos duerman en mesa de entradas”, explicó. En torno a la subejecución, no hubo explicaciones. Llegarían el 24, en una mesa técnica en la que las autoridades aportarían, además, un borrador del presupuesto previsto para el año que viene. Krichmar dijo que insistirá para que el organismo vuelva a otorgar créditos. Es que su reemplazo por anticipos de subsidios perjudicó a la industria, ante todo al circuito alternativo: “Te dan el 80 por ciento de lo que pedís y te ponen plazos”. 

El nombramiento de los comités para documentales dio tranquilidad a los cineastas, que vienen viendo un ataque a la vía digital, una gran conquista de las asociaciones. “Quieren hacerla desaparecer”, asegura Krichmar. Esta línea otorga “el subsidio más chico que hay en la industria, un 8 por ciento del costo de película media nacional”, de aproximadamente 12 millones de pesos. Con esta noticia, la comunidad audiovisual logra una momentánea calma, pero continúa en alerta.