Cuando las palabras no alcanzan, mejor la música. Ahí está el sonido extraordinario de Is This It, disco debut de The Strokes. O Regina Spektor con su Soviet Kitsch. Su legendario productor, Gordon Raphael, parece enamorado de Argentina y está de visita en Rosario, con masterclass incluida. El show es hoy a las 23.59 en Mono Music Club (Santiago y Santa Fe), donde Los Sucesores de la Bestia recibirán al músico norteamericano junto a su banda, The Wild Cards, para presentar el disco Sleep on the Radio. La masterclass tendrá lugar también hoy, a las 17, en Audio Buró (inscripciones: [email protected]).

El impacto de Is This It (2001) -primero de los dos discos del grupo con Raphael- llevó al músico a tener una trayectoria insigne y lúcida, con vida repartida entre Estados Unidos, Inglaterra y Berlín. Ahora, The Wild Cards lo tiene como protagonista de una formación enteramente argentina: Elix Rempel (batería), Titi Damasso (syntes y coros), Zico Legall (bajo) y María Florencia Silva (guitarra y coros). El disco tiene una fuerza demoledora, jovial, atenta con un sonido que no oculta reminiscencias de otras épocas. En diálogo con Rosario/12, vía mail, Gordon Raphael dice que, en verdad, fueron los mismos músicos quienes lo eligieron a él: “María Florencia Silva me escribió en junio de 2018 preguntándome si quería tocar en Argentina, pero los músicos de mi álbum anterior, si es que no estaban ocupados, ¡ya se habían convertido en padres! Así que me propuso que, si quería venir, ella me armaba una banda. ¡Le dije que sí! Aterricé en Buenos Aires a las 6 am del 16 de junio, y a las 6 pm ya estaba ensayando con The Wild Cards por primera vez. Fue magia instantánea. Dos días después dimos nuestro primer concierto en el Salón Pueyrredón, un espectáculo hermoso”.

-¿Qué es lo que Regina Spektor y The Strokes te aportaron? ¿Tu manera de entender la música cambió a partir de trabajar con ellos?

-Para ser honesto, cada músico con el que trabajo me muestra cosas nuevas. Regina me mostró cómo -incluso después de obtener grandes sonidos para su voz y piano- debía esperar con mucha paciencia mientras ella tocaba y cantaba; cada nota tenía que ser exactamente como ella la quería. Algunas canciones se terminaron muy rápido, otras llevaron siete intentos, y algunas nunca llegaron al álbum porque no se sentía conforme. Trabajar con The Strokes me permitió integrar un grupo de siete personas capaces de escuchar con mucha atención cada detalle, de asegurarse un sonido poderoso y, en lo posible, perfecto. Tenían oídos increíbles para eso, ¡y también voces fuertes para decirte cuándo querían que algo mejorara! En lo personal, fue algo que me exigió de otra manera.

-Como productor, ¿qué aspectos te resultan fascinantes?

-Me resulta fascinante trabajar con músicos talentosos, que han dedicado sus vidas a sus instrumentos, a sus voces, a escribir palabras y canciones. Es milagroso que la música contenga una posibilidad infinita de creación. Mientras trabaje con personas de semejante nivel creativo, ¡siempre seré feliz! Para mí, la idea esencial al producir es escuchar atentamente a los artistas, entender lo que quieren y lo que buscan. También me gusta permitir que sean ellos quienes muestren sus ideas, para luego agregar las mías. Creo que este enfoque es importante para ayudar a los músicos y compositores a confiar en sí mismos, a sentirse orgullosos de sus propias habilidades.

“La idea esencial al producir es escuchar atentamente a los artistas, entender qué quieren y qué buscan”.

-¿Seguís pensando en producir “discos” a la manera clásica, o este concepto ha quedado un tanto relegado por las nuevas tecnologías?

-La mayoría de la gente con la que trabajo sigue interesada en grabar una colección de canciones, ya sea un EP de 6 canciones o un álbum de 12. Creo que los escritores y los músicos adoran la idea de una pequeña familia de canciones, que permanezcan juntas, que describan su visión actual del mundo o sus experiencias. Me gusta eso, porque muestra que una colección de canciones es algo orgánico y universal, aunque la tendencia sea la de escuchar una canción aquí y otra allá. La mitad de mi educación provino de permanecer quieto, mientras escuchaba álbumes completos (¡ambos lados de un LP de vinilo!). La tecnología, desde ya, me afecta diariamente: micrófonos, preamplificadores, compresores, software de grabación, conversores analógicos/digitales. Guitarras eléctricas, amplificadores, sintetizadores analógicos, pedales de eco, desplazadores de fase, buenos parlantes: estoy en una relación seria con la tecnología. También me gusta hacer mis propias películas con el Adobe Premiere, y subirlas para que el mundo las vea tan pronto como las haya terminado. Lo adoro.

-¿Hay músicos argentinos que te llamen particularmente la atención?

-Acabo de grabar a Rocco Posca, y me sorprendió por su increíble composición, su voz, sus arreglos maravillosos. Hace dos semanas grabé a su bajista, Simón Svasemberg. En la banda de Simón todos tenían 16 años, pero sonaban como una versión muy intensa de Pink Floyd. No lo podía creer. El álbum de Rocco sale en noviembre. ¡Y por supuesto que amo a Spinetta, Sumo, Charly García y Cerati!

-¿Cómo definirías el sonido de Sleep on the Radio?

-¡Poesía subconsciente, intensos sonidos flotantes y guitarras que te pegan en la cara! Hay algunas partes tan psicodélicas que pensás que es 1967, pero luego vienen los sintetizadores y nos vamos muy rápido hacia la luna. Es mi álbum de grandes éxitos, con canciones que he escrito en diferentes momentos de mi vida. Como un viaje en el tiempo. Rindo homenaje a las épocas musicales que me inspiraron. Me divertí mucho en los años ‘70, ‘80 y 90, eso es seguro.

-Creería que en The Wild Cards el proceso de grabación y ensayos deben ser laboriosos, pero no menos divertidos.

-Es realmente divertido, y fácil de grabar. Después de configurar 16 micrófonos, nos largamos a tocar las canciones. Por supuesto, luego me voy a mi casa, en Berlín, y trabajo durante días y días cantando mis partes, agregando solos de sintetizadores y efectos de sonido.