En el marco del juicio en el que once policías están siendo juzgados acusados del crimen de Fabián Gorosito, ocurrido en Merlo en noviembre de 2010, y por torturas a otros tres jóvenes, uno de los querellantes recibió una visita intimidatoria por la madrugada. El querellante en cuestión se llama Daniel Mancini y la amenaza más que explícita fue anoche, alrededor de las tres de la mañana, según relató Margarita Jarque, abogada de la Comisión por la Memoria que asesora a la familia de Gorosito y al resto de las víctimas, cuando “llegaron unos tipos encapuchados armados y tiraron tiros a la aire”.

La abogada relató también que el joven recibió un culatazo y terminó internado. Una camioneta, que primero estuvo estacionada y haciendo luces frente a la casa María Viera, la madre de Fabián Gorosito, se dirigió después al domicilio de Daniel Mancini. “Ahí se bajan cuatro encapuchados tiran al aire, en un momento ingresan a la vivienda. Había una reunión, con familiares y amigos. Identifican a Daniel Mancini enseguida y le pegan un culatazo. Daniel termina en el Hospital, donde le cosen la herida y ahora está de vuelta en el hospital por los dolores.

El hecho se produjo en el contexto de una seguidilla de muchas otras amenazas. La noche del 28 de septiembre, por ejemplo, después de una reunión en la casa del abogado querellante, varios patrulleros -uno de ellos sin identificación- rodearon la casa con sirenas para pasar luego a dar vueltas alrededor de la manzana a alta velocidad. Después rodearon el auto en el que estaba la madre de Fabián Gorosito y los tres jóvenes querellantes y los siguieron por el barrio a lo largo de unas 20 cuadras.  A partir de eso, según cuenta la abogada, presentaron un habeas corpus preventivo en el Juzgado de Garantías Número 4 pero fue denegado.

"No toman en cuenta la peligrosidad que están viviendo las víctimas. La justicia tiende mirar el hecho aislado sin querer ver el contexto. Nos dicen: si vas a denunciar patrulleros necesitamos la patente. Pero es muy difícil divisar una patente de noche”. La abogada Jarque también cuenta que el día en que comenzó este segundo juicio, en agosto, “tres de los siete perros de Daniel aparecieron muertos”. Los querellantes de la causa viven “un clima de hostigamiento permanente. Apenas empezó este segundo juicio hubo amenazas a todos. María, la mamá de Fabián, tiene custodia de la Policía Federal. Pero al resto de las víctimas nunca se efectivizó la custodia”.