El intendente de la ciudad fueguina de Río Grande, Gustavo Melella, atribuyó a una “campaña sucia” las denuncias que lo vinculan con el pedido de favores sexuales a hombres indigentes a cambio de empleo. Melella, del partido Forja, anunció además que se defenderá de las acusaciones “en la Justicia”. Las denuncias incluyen el testimonio, como presuntas víctimas, de Alfredo Suasnabar, un trabajador de la construcción de 55 años, y de Damián Rivas, un carpintero de 48. Según fuentes judiciales, en la causa también consta la versión de otro albañil, de nombre “Mario”, quien hace 20 días regresó a Formosa, su provincia natal, y la de Hugo Moya, ex custodio del intendente. Los trabajadores sostienen que el intendente les pidió los números de sus teléfonos personales y que lo visitaran en el municipio.

Mediante sus perfiles en las redes sociales Facebook y Twitter, el intendente riograndense difundió mensajes en los que se pone a “total disposición” de las autoridades judiciales y considera que el caso “lanza la campaña electoral en Tierra del Fuego”. El funcionario, que será candidato a gobernador en las elecciones de 2019, afirmó que “al peor estilo de la isla, están haciendo campaña sucia en lugar de discutir ideas para mejorar la vida de los fueguinos”. También remarcó que tras siete años de mandato al frente del municipio de Río Grande, y de haber sido reelecto, “nunca” fue procesado “ni mucho menos condenado”.

Para Melella las denuncias tienen que ver solamente con la puja electoral. “En todas las encuestas aparezco con una amplia ventaja sobre cualquier otro candidato, en algunas duplico la intención de voto sobre el segundo. Ese es el verdadero motivo de estos ataques”, aseguró. “Por eso se montó esta campaña que implica una inversión millonaria al solo efecto de desprestigiarme”, agregó Melella.

Según el intendente, la “campaña sucia” se basa en “prejuicios, discriminación y cuestiones de la vida privada”. También expresó: “No importa si uno gobernó bien; si trajo bienestar a su comunidad; si solucionó el problema del agua potable para los próximos treinta años; si gestiona con equilibrio fiscal; si discute salarios en paritarias libres; si en su municipio no hay huelgas; si hizo obras de excelencia”, enumeró, entre otras cosas. En su descargo el intendente admitió que los dirigentes están “expuestos a estas situaciones”, e insistió en que estará “a disposición” de la Justicia mientras sigue “gestionando para que toda la comunidad de Río Grande y Tierra del Fuego, viva mejor”. 

Melella llegó al cargo tras las elecciones de 2015 con el 53 por ciento de los votos.