Cuatro terremotos de cinco grados en la escala Richter sacudieron el centro de Italia y provocaron la muerte de un anciano y el aislamiento de varios pueblos. Los temblores tuvieron epicentro entre las localidades de Montereale y Amatrice, zonas muy golpeadas por los anteriores sismos, y llegó a sentirse en Roma, donde la gente se agolpó en las plazas, se cerraron momentáneamente escuelas, edificios antiguos, y se interrumpieron los servicios de tren y subterráneo. Las bajas temperaturas y la gran cantidad de nieve impidieron que los rescatistas puedan asistir a todos los damnificados.

En menos de una hora, Italia tembló tres veces. A las 10.25 de la mañana (hora local) un sismo de 5,1 grados de magnitud en la escala Richter y con diez kilómetros de profundidad tuvo epicentro en la regiones de L´Aquila y Lacio, más precisamente entre las ciudades de Amatrice, Capitigano, Campotosto y Montereale. El primer temblor se percibió en Roma, a unos 110 kilómetros del núcleo sísmico, donde se suspendió de inmediato las líneas de subterráneo. Cincuenta minutos más tarde, la tierra volvió a vibrar, esta vez con más fuerza. Un segundo terremoto, de 5,5 grados en la escala Richter, replicó de nuevo en las mismas zonas y provocó centenares de derrumbes, el aislamiento de varios pueblos, cortes de servicios y la suspensión de rutas nacionales. En la capital italiana se cerraron varias escuelas y otros edificios antiguos por temor al derrumbe. La tercera réplica no demoró en llegar: a los diez minutos del segundo temblor, con una magnitud de 5,1 grados y en el mismo epicentro, volvió a sacudir otro sismo.

El cuarto terremoto que azotó el centro del país sucedió a las 14.33, de acuerdo con el Instituto de Geofísica y Vulcanología de Italia (INGV). El epicentro y la dimensión del último movimiento sísmico no variaron: sucedió nuevamente entre las localidades de Montereale y Amatrice, con una magnitud de 5,1 grados. A su vez, el INGV también confirmó que en el día de ayer hubo alrededor de 20 réplicas –con un alcance de 3 grado en la escala Richter– que vibraron tras la aparición de los terremotos.

El director de Protección Civil, Fabrizio Curcio, confirmó en conferencia de prensa la muerte de un anciano en el pueblo de Castel Castagna, en la provincia de Teramo. De acuerdo con los medios locales, los bomberos de la zona extrajeron de los escombros de un edificio derrumbado, el cuerpo de un hombre de 83 años. Hasta el cierre de esta edición, se trataba de la única víctima mortal de esta serie de movimientos sísmicos.

No sólo los temblores generaron el caos en las regiones de L’Aquila, Lacio y Marcas. De acuerdo con lo expuesto por Curcio, “las condiciones meteorológicas están dificultando la ayuda”, en tanto que varios pueblos –situados en zonas montañosas con difíciles accesos– se encuentran cubiertos por más de un metro de nieve desde hace días. Tal es el caso de la ciudad de Amatrice, aunque aquella región cuenta con un antecedente mayor: el 24 de agosto del 2016, un sismo de 6,2 en la escala Richter sacudió la localidad, con un saldo de 296 muertes y más de 500 heridos, según las cifras que publicó Protección Civil.

“Tenemos lugares en los que están aislados con dos metros de nieve. No sé que hemos hecho de malo. Pero antes de ayer nevadas y ahora de nuevo un terremoto. ¿Qué se puede decir? No tengo palabras”, lamentó el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi. Si bien no se tuvo que lamentar víctimas mortales esta vez, la histórica ciudad sufrió la caída de gran parte de la Iglesia de Sant’Agostino, construida en 1428, y uno de los pocos edificios que seguían en pie tras el siniestro de agosto.

“Aquí hay cientos de personas que están aisladas y sin electricidad. La gente está aterrorizada. Estamos tratando de superar un muro de nieve para dar ayuda”, expresó Guido Castelli, alcalde de Ascoli Piceno, en la región de Marcas. La realidad expresada por Castelli se reiteraba en otros pueblos del centro del país. “La situación es dramática, las carreteras no se puede utilizar por la nieve, tenemos pocos medios, otros están dañados. No podemos enfrentar esta guerra con arcos y flechas”, indicó Stefano Petrucci, mandatario de Accumoli, otra de las aldeas afectadas por la serie de terremotos y las bajas temperaturas.

Voceros del Ministerio del Interior aseguraron que reforzaron los equipos de asistencia y rescate que actualmente trabajan en la zona. “Se envió un refuerzo de 100 equipos de bomberos, además de nuevas maquinarias para retirar la nieve que afecta a los pueblos”, indicaron los portavoces del Ministerio. Además, otro actor se agregó para asistir a los damnificados: el ejército se trasladó a las regiones L’Aquila, Lacio y Los Abruzos para ayudar a los residentes de pueblos alejados y aislados por la nieve.

Desde Berlín, donde realiza su primera visita oficial a la capital germana, el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, aseguró que “hoy (ayer) es un día complicado para nuestro país. La seguidilla de réplicas es un factor de alarma para la población y un factor que ocupa al gobierno”. “Se dispuso un refuerzo del Ejército a las zonas afectadas por el terremoto y se monitorea minuto a minuto la situación”, indicó Gentiloni.