La Justicia de San Isidro condenó y ordenó detener a las cinco acusadas por los maltratos físicos y verbales contra niñas y niños que asistían al jardín de infantes Tribilín, al que concurrían. El Tribunal Oral en lo Criminal 4 anticipó el veredicto condenatorio luego de que la querella y la fiscalía solicitaran 12 y 10 años de prisión para la dueña, la subdirectora y tres docentes del jardín de infantes Tribilín, que fueron acusadas y halladas culpables de incurrir en “abandono de persona agravado, amenazas agravadas y lesiones”. Tanto la fiscalía como la querella habían solicitado las detenciones inmediatas de las acusadas –que habían permanecido en libertad desde el inicio de la causa–, mientras que las defensas requirieron que sus clientas fueran absueltas.

El tribunal, compuesto por Hernán San Martín, Federico Ecke y María Coelho, aún debe establecer fecha de audiencia para dar a conocer las penas dictadas a la dueña del establecimiento, Noemí Elizabeth Núñez; la subdirectora Mariana Buchniv y las maestras jardineras Yanina Gogonza, Noelia Soledad Gallardo y Vanina Gisela Diap, según informó #SomosTelam. 

El jueves, la fiscalía, a cargo de Carolina Asprella y Gonzalo Acosta, solicitó la pena de 10 años de prisión por el delito de abandono de persona agravado. Por su parte, la querella, representada por Sergio Arenas, pidió 12 años, porque sumó el delito de amenazas a la acusación. 

Desde el comienzo de la instrucción, las acusadas Gogonza, Gallardo, Buchniv, Diap y Núñez gozaron del beneficio de la eximición de prisión, por lo que nunca estuvieron detenidas durante la investigación ni durante el proceso.

Los maltratos físicos y verbales contra nenas y nenes de entre 1 y 5 años que concurrían al jardín Tribilín fueron denunciados en 2013, luego de que un padre escondiera un Ipod en la mochila de su hija, de 2 años, y lograra registrar cuatro horas y media de audios de lo que sucedía en el establecimiento. El audio consistía en gritos, amenazas y registros de violencia física contra los chicos por parte de sus docentes. 

“No podía creer el maltrato” al que eran sometidos los chicos, contó en ese momento el padre, llamado Diego. Al día siguiente, recordó cuando el caso trascendió públicamente, “a las 7.30 de la mañana me paré en la puerta del jardín e intenté hablar con los padres. Como sé que no disponen de mucho tiempo, imprimí una planilla con algunos de los diálogos que se escuchaban en la grabación y puse un link en donde podían escuchar y bajar el audio completo” explicó. Al principio, la reacción de los demás padres fue de incredulidad, pero con el correr de las horas “y luego de escuchar la grabación, todos me llamaban horrorizados”.

Gabriela Sita, que envió durante un año y medio a su hija a ese jardín, contó que la niña “tenía llantos desgarradores”, por lo que la directora le aconsejaba “ponerle límites”. También recordó que los vecinos “escuchaban gritos de los chicos, mientras veían cómo las maestras tomaban sol en la terraza”. 

La grabación abundaba en insultos, gritos y amenazas a niños y niñas, en todos los casos en tonos fuertemente agresivos y violentos. “Terminala porque te vas a ir a una cuna”, “dejá de babear, querida”, “vos te sacás los pañales y cobrás, Maitena, y no es chiste”. Los gritos recorrían toda la actividad de la jornada en el maternal: “Se hace el pelotudo acá, ponete a comer”, “no te quiero boludeando por la sala”, “acostate bien y dejá de hacerte el boludo”, “podés sacar el cuaderno en vez de ponerte a boludear”, “callate, Catalina, guay de que vayas a decir cualquier huevada a tu casa”.