PáginaI12 En Brasil

Desde Brasilia

“Una victoria de Bolsonaro sería la victoria de los grupos más extremistas que participaron en la dictadura”, asegura Adriano Diogo, quien fue preso y torturado por el excoronel Carlos Alberto Brilhante Ustra en 1973. “Me detuvieron en San Pablo a las once y media del sábado 23 de marzo de 1973, estuve un año y medio en el centro de detención más grande del país dirigido por  Brilhante Ustra, el militar más admirado por Bolsonaro. Ustra asistía a las sesiones de tortura porque, creo yo, le causaban goce”.

A lo largo del reportaje con PáginaI12 Diogo, que presidió la Comisión de la Verdad en San Pablo, es quien marca los tiempos de la conversación. Habla de lo que vendrá si Bolsonaro es electo pero vuelve a Ustra una y otra vez, uniendo el presente con el pasado más oscuro de la historia brasileña. 

–¿Qué pretende Bolsonaro cuando exalta al torturador Ustra?

–No quisiera meterme en la psicología de una persona  como Bolsonaro cuando reivindica a alguien absolutamente desquiciado como era Carlos Alberto Brilhante Ustra. Lo importante es que se sepa cuál era el perfil psicológico de un enfermo mental como Ustra, alguien llegó a coronel como reconocimiento a su trabajo sucio. Cuando él me interrogó todavía era mayor del Ejército. Ustra estaba a gusto viendo como los prisioneros sangraban, las mujeres eran ultrajadas, era particulamente sádico con las presas, mandó a soltar yacarés junto a las prisioneras. Para Ustra el Departamento de Operaciones e Información  y Centro de Operaciones de Defensa Interna (DOI-CODI) era la “Casa de la Abuela”. Ese nombre luego fue utilizado para titular un libro sobre la represión. Algunos fines de semana llevaba a su esposa a pasar el tiempo en el DOI-CODI. Pero bien, usted me preguntó sobre Bolsonaro y el por qué de la reivindicación de Ustra. Hay que marcar en primer lugar que el ahora candidato presidencial desde hace años endiosa a Ustra, no lo está haciendo ahora repentinamente. En 2016, en su condición de diputado Bolsonaro votó por el impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, que fue prisionera de DOI-CODI, haciendo un homenaje a Ustra. Esa apología fue una forma de vomitar el antipetismo de la ultraderecha, que odia a Dilma y a Lula.

–¿Bolsonaro fue alterno de Ustra?

–Por la información que tengo Bolsonaro no llegó a ser subalterno directo de ustra  porque en los comienzos de los 70 Bolsonaro era muy chico, creo que nació en  1955. Bolsonaro venera a Ustra: es la representación del ala  dura dentro de la dictadura, estoy hablando de los que mataban, secuestraban, violaban, los cuadros operativos que siempre estuvieron unidos por sus reivindicaciones digamos de grupo, la mano de obra sucia era una facción con sus propios intereses particulares dentro del Ejército. Esta mano de obra fue medio despreciada con el fin de la dictadura en 1985 y no aceptó ser abandonada en el gobierno civil. Bolsonaro fue procesado por la justicia militar por planear atentados para pedir aumento de salarios, y ya en ese entonces, fines de los 80, era un agitador de la mano dura. Yo creo que fue por esa razón que dijo hace una semana que si llega al gobierno los que entrarán en el Planalto son los “capitanes”. Tal vez haya querido decir que con él los que ganan no son los generales, aunque en verdad los que van a ganar son las Fuerzas Armadas en su conjunto.

–¿Al elogiar a Ustra está amenazando a la futura oposición?

–Si partimos de la posibilidad real de que gane Bolsonaro, eso será el retorno de los militares al poder, yo creo que se puede decir que lo que puede ocurrir en Brasil es algo peor que la dictadura de 1964, porque esa fue resultado de un golpe que derrocó a un presidente constitucional como era Joao Goulart. En cambio ahora serán los herederos de la dictadura que llegan a través de las urnas. Es como si Ustra estuviera entrando en el Palacio del Planalto. ¿Y qué haría Ustra como jefe de Estado? Eliminaría a la oposición, el propio Bolsonaro lo dijo hace una semana: “En mi gobierno los rojos del PT o van al exilio o van presos”. Ese discurso fue terrible, si uno lo mira bien es un fascista hablando para una multitud enloquecida que quiere sangre. Creo que ese discurso de Bolsonaro asustó a mucha gente de centro que es antipetista, pero no esperaba algo tan brutal. Por eso se está viendo que personas de centro comienzan a optar por el voto a Fernando Haddad. Votar a Haddad es optar por la civilización, por la democracia. Creo que con Bolsonaro vendrá el fin de la democracia y de la política.

–¿Es lo que algunos llaman parapolítica que viene de los sótanos de la dictadura?

–No coincido con esa idea, es un error decir que Bolsonaro y Ustra vienen de los sótanos, la represión, la tortura y la desaparición eran autorizadas por la dictadura. Eso siempre se supo pero hace poco tiempo apareció un documento informando que el dictador Ernesto Geisel era el que ordenaba matar y desaparecer. Que el general Joao Baptista Figueiredo, el jefe de los servicios de inteligencia de Geisel, era informado de todo. Los crímenes eran ordenados desde arriba y así fue hasta último momento porque luego Figueiredo llegó a presidente entre 1979 y 1985.

–¿Figueiredo fue el nexo del Plan Cóndor en Brasil?

–Figueiredo fue el nexo con el Plan Cóndor a partir de su relación con la dictadura chilena de Pinochet, otro ídolo de Bolsonaro, quien dice que el error de la dictadura brasileña fue no haber matado y desaparecido tanta gente como lo hizo Pinochet. Esta candidatura de Bolsonaro muestra que aquí la dictadura venció la batalla ideológica gracias a la amnesia dictada por los medios y la impunidad dada por la ley de Amnistía decretada en 1979 por el dictador Figueiredo, que sigue en vigor.