El Festival Internacional de Cine de los Países del Sur del Mundo (Ficsur) anunció los ganadores de su primera edición online, que se realizó desde el jueves 25 hasta el domingo 28 y agrupó más de cincuenta producciones –entre cortos, medios y largos– de 18 países para su visionado libre y gratuito a través de la flamante plataforma OctubreTV.com. Como Mejor Película de Ficción fue elegida la costarricense Medea, mientras que las argentinas Vergel y La educación del rey recibieron Menciones Especiales. Entre los documentales triunfó la boliviana Algo quema, y lo propio hizo Las fuerzas en la Competencia Internacional de Cortometrajes, apartado en el que Selva se llevó una Mención. El palmarés se completó con el Premio del Público para la boliviana Viejo calavera. Las siete ganadoras estarán disponibles este jueves y viernes en OctubreTV.

Algo quema reconstruye la historia del general Alfredo Ovando Candia.

De buena performance en festivales internacionales (pasó por San Sebastián y Bafici, entre otros), Medea centra su narración en María José, una chica de veinticinco años que juega al rugby y vive con sus padres mientras explora su vida sexual con máxima libertad. Así hasta que conoce a Javier, con quien intenta tener una relación formal. El jurado de la Competencia Internacional de Ficción –integrado por la periodista y crítica Maia Debowicz, la actriz Francisca Gavilán y la realizadora Natalia Garagiola– le concedió el premio máximo “por su capacidad para abordar de forma moderna y sensible una temática que desafía lo impuesto hoy por la sociedad en relación a un rol femenino”. Las juradas también destacaron el “manejo maduro, emotivo y lúcido del lenguaje cinematográfico” de la realizadora Alexandra Latishev, además de las “magníficas interpretaciones naturalistas”.

Una de las Menciones Especiales fue para Vergel, de Kris Niklison, centrada en los avatares –burocráticos, pero también psicológicos– de una turista brasileña en pleno proceso de duelo por la inesperada muerte de su marido durante la luna de miel en la Argentina. “Dos personajes, dos mujeres enfrentan unos días inesperados y fuera de contexto. Con una fotografía impecable que da cuenta del calor que da con un látigo, Niklison muestra una solitaria historia, hermosamente actuada y jugada”, escribieron a seis manos las juradas. La segunda Mención recayó en  La educación del rey, de Santiago Esteves, que cruza de western y policial negro al pie de la cordillera mendocina mediante la historia de un joven que durante la huida de un robo fallido cae en el patio de un guardia de seguridad retirado (Germán de Silva) que le ofrece la posibilidad de arreglar los daños a cambio de no entregarlo a la policía. El jurado destacó la “temática compleja y delicada” y el “compromiso social” de Esteves al “elegir no juzgar a sus personajes en estado de indefensión y sin recursos, otorgándoles a cambio una red de contención a través de la ficción”.

La Competencia Internacional de Documentales tuvo como jurados al profesor y ensayista Emilio Bernini y a las directoras Andrea Testa y Virna Molina. Como Mejor Película eligieron a Algo quema, en la que el realizador Mauricio Ovando reconstruye la historia de su abuelo, el general Alfredo Ovando Candia, tres veces presidente de facto en Bolivia y una figura ambigua que persiguió a dirigentes comunistas pero también nacionalizó el petróleo. “A través de los archivos familiares, interpelados desde la intimidad del propio realizador, el film nos permite conocer la historia política boliviana de los años sesenta y setenta. El documental hace de lo personal un hecho político profundo y nos abre la pregunta de cómo contar la Historia a la generaciones que vendrán”, justificaron. El Mejor Corto fue Las fuerzas, de Paola Buontempo, que registra el proceso de aprendizaje de un grupo de jockeys con una “mirada original, sensible y profunda”, en palabras del jurado compuesto por la directora de fotografía y productora Mariana Bomba, la actriz Marina Glezer y la productora Melanie Schapiro. La justificación concluye subrayando “la precisión de los encuadres y su potencia expresiva para devolvernos retratos de cuerpos pequeños y frágiles”.