Chicos católicos, apostólicos y romanos es una comedia con “una mirada crítica sobre la educación religiosa en los colegios secundarios”, según explica el codirector de la versión tucumana de esta puesta, Sebastián Fernández. Este fin de semana dos personas irrumpieron en la sala y a más de una hora de comenzada la función, rompieron la escenografía, atacaron a los actores y los acusaron de “blasfemos”. Se trata de un episodio que, según apuntan el codirector, Sebastián Fernández, “hay que pensarlo como parte del recrudecimiento de la violencia religiosa que encuentra en la actualidad marcos de legitimación desde la política”.

La comedia muestra a cuatro estudiantes de un colegio privado que intentan tomar la primera comunión y para eso tienen que aprender catecismo. Además de los chicos, hay una serie de personajes adultos: un cura, una monja y un profesor, que intentan enseñarles cuáles son los mandamientos de la doctrina religiosa. “Las enseñanzas metafóricas del catecismo son tomadas por los chicos de modo literal, entonces, se generan confusiones cómicas”. Entre los enredos, también, aparecen contenidos y guiños vinculados a la Educación Sexual Integral y a las dificultades para implementar en esa ley.

En la función del sábado, después de una hora y cuarto de función, dos personas que habían estado entre el público expresando su malestar permanentemente –parándose, saliendo de la sala, caminando entre butacas, grabando con el celular, hablando a los gritos en plena función– se acercaron al escenario, interrumpieron la escena, gritaron que los actores eran “blasfemos”. Luego, agarraron un atril metálico que era parte de la escenografía y se lo lanzaron a los actores directamente.