Mar del Plata se convierte gradualmente en epicentro de una interna oficialista inminente. Mientras Carlos Arroyo intenta lidiar completamente aislado con problemas municipales, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, refuerza su apoyo al diputado nacional Guillermo Montenegro para disputar la intendencia en las próximas elecciones. 

El actual intendente de General Pueyrredón, que tiene como cabecera a la ciudad balnearia, se muestra cada vez menos. De hecho, sus últimas decisiones despertaron conflictos importantes a nivel local. Una de ellas, la firma del decreto que modificó la metodología de liquidación de los haberes de los docentes municipales y les redujo una bonificación que cobraban desde hace 20 años, motivó una retención de tareas de 72 horas por parte de los maestros y fue duramente criticada por dirigentes gremiales y miembros de la comunidad educativa. Por otro lado, además de por sus controvertidas determinaciones políticas, Arroyo viene acumulando descontentos por sus frecuentes declaraciones contra los derechos de las mujeres y por sus gestos benevolentes hacia los genocidas de la última dictadura cívico-militar. Ejemplo de ello es el veto a la iniciativa de los vecinos del barrio Bosque Peralta Ramos de rebautizar un espacio verde como “Plazoleta de los Lápices” en homenaje a los militantes secundarios secuestrados por una patota de la Bonaerense al mando de Miguel Etchecolatz y de Ramón Camps.

En ese contexto, Arroyo se esfuerza por remontar su figura debilitada y redoblar la apuesta, ratificando su voluntad de continuar al frente del partido de la costa atlántica. “Me quedan 5 años y medio de gestión, no tengo ninguna duda de eso. No quiero ser soberbio pero bueno, acá hay gente que ya está desacreditada y otra que no va a ser votada”, sostuvo días atrás en diálogo con el periódico El Marplatense. La afirmación sonó dirigida directamente hacia el círculo cercano de Montenegro: está claro que el diputado nacional de Cambiemos y ex embajador en Uruguay aspira a una interna y, en ese sentido, viene protagonizando “timbreos” en Mar del Plata donde la ausencia de Arroyo se vuelve cada vez más notoria. Además, Montenegro cuenta con el apoyo de Vidal, reforzado durante el Coloquio de Idea, donde la gobernadora se mostró junto a él en casi la totalidad de las actividades de su agenda en la ciudad y lo llevó a la reunión que encabezó ante las cámaras empresarias vinculadas al Turismo, en vistas de la temporada de verano.

A este creciente apoyo hacia el ex juez federal, que se da en paralelo al creciente rechazo –o, al menos, negación– hacia Arroyo, podría pensárselo como la consecuencia de la decisión del intendente de declarar que, aunque su nombre figuraba en los listados, no había aportado “ni un centavo” a la campaña de Cambiemos para las elecciones generales de 2015. “Yo he trabajado durante años en política y, sinceramente, debo haber gastado mucho, de a poco, pero no en esta campaña”, sentenció Arroyo en julio de este año y pasó, así, a engrosar las listas de aportantes truchos que pusieron incómoda a la mandataria provincial.

Desde el bloque del FpV-PJ local, que prepara a la diputada Fernanda Raverta para disputar la intendencia en 2019, señalaron sin embargo que el armado endeble que parece sostener a Arroyo no es una novedad. En ese sentido, recordaron que el histórico candidato del partido vecinal Agrupación Atlantica, en la última elección, especuló hasta último momento porque “le daba lo mismo ir con (con el líder del Frente Renovador, Sergio) Massa o con Cambiemos”. La decisión final de ir con estos últimos se dio de forma azarosa, cuando son pocos los puntos programáticos comunes. 

En este escenario, Montenegro, en tanto “el elegido de Vidal”, podría aspirar a una buena elección siempre que no haya internas que lo enfrenten a la actual concejala de Cambiemos y jefa del bloque de la UCR, Vilma Baragiola. 

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.