“¿Querés un gin?”. La invitación suena excesiva. Es jueves y acaba de ponerse el sol en la barrancas del Paraná, donde se desarrolla una presentación al aire libre. Al pie de las esculturas Abril y Marzo, de Marta Minujin, se despliegan tres sillas blancas y un micrófono; luces, consola de dee jay con varios dee jays, una barra improvisada con un tablón; mesas y sillas, y más a lo lejos (casi junto al río), el colorido “food truck” o carrito de comidas de la cooperativa El Mejunje, una de las que integran el Grupo Cooperativo Communitas.

La invitación viene de Virginia Giacosa. Ella es editora, junto con Pablo Makovsky y Maximiliano Falcone, de la revista Rea. De su presentación se trata el evento. Rea es una revista digital de y acerca de Rosario, que no debe confundirse con la Revista de Estudiantes de Arquitectura, su homónimo chileno. Pablo acaba de decir al micrófono algo importante: algo sobre la tradición de revistas culturales en la ciudad, donde la nueva publicación suma un capítulo a la historia que escribieron Boom a fines de los ‘60, Vasto Mundo y Lucera en los ‘90, o El Corán y el Termotanque en la actualidad. La cronista agrega para sí: Ciudad Gótica, Femme Fetal...

Se retiran los editores y pasa al frente Juani Favre, con su guitarra y la poesía de sus canciones. Mucha gente ha venido a escucharlo. Las mesas y sillas puestas sobre el césped se pueblan y despueblan con su breve y bello recital. Hace siete temas: cinco propios, uno de su trío La paz ciencia y otro de Mariano Conti, Sudeste.

¿Y el gin? La invitación es imposible de rechazar. Tras el tablón que oficia como barra, entre ramos de menta y moras silvestres, Valeria Saavedra despliega su oficio de hechicera en lo vegetal. Prepara, como si fuera un brebaje mágico, anchos vasos del gin que ella misma ha destilado a partir de diez especies botánicas de este lugar. Los bebedores ingratos abandonan entre los restos de hielo las moras silvestres que Valeria cosechó con sus propias manos.

El lugar se ha despoblado casi por completo después de las entrevistas en vivo que hizo Virginia a la autora del gin y a los autores de las pizzas, cuyos gustos el chef enumeró lacónicamente desde el carrito colorido. No parece haber mundo fuera de Rosario. Dan ganas de tirarse al río nomás por hacer algo, para que pase algo. Pero entonces a la cronista la llaman a leer y lee. La poca gente que quedaba se va. La cronista no querría establecer ninguna causalidad entre ambos hechos; prefiere creer en la casualidad. Los dee jays ponen música de los años ‘80 y como la cronista es bonza, hace punta.

Más suicida aún que tirarse al río es bailar, en esta ciudad. Todo el mundo saca fotos y las sube a las redes, o comenta el estilo de los pasos; cada pequeño acto es contemplado como un espectáculo. “Por eso, por eso nadie baila”, deduce la cronista bonza y se sienta. No sólo un espectáculo, medita la cronista; en este caso, se trata de un acto político, ¡es ocupar el espacio público con nuestros cuerpos! Con ese entusiasmo danzan en círculo unas pocas mujeres entre los corredores y perros.

¿Y la revista? “Subimos una nota nueva más o menos cada semana”, cuenta Pablo Makovsky. Tanto él como Giacosa tienen amplia experiencia en todo tipo de medios. Pablo hace autocrítica: opina que habría que mejorar el diseño para que no sea tan uniforme. “Todavía le estamos buscando la vuelta”, dice. Pero la revista tiene swing, tiene “esmowing” como tenía cierta ginebra. Rea arma un puente entre la crónica literaria y la vida, consigue que se lea con interés no sólo sobre lo periodísticamente relevante (¿por qué ganó Bolsonaro?) sino sobre lo irrelevante pero vital (¿dónde está mi gato?). También pone la lupa en los márgenes de la agenda y acerca a los lectores, en la voz de sus protagonistas, propuestas existenciales y políticas como el transfeminismo, o repone cierta mirada sesgada desde la perspectiva de género ante géneros populares como el cine de terror.

“Remite a lo real, aquello irreemplazable que necesita ser contado”, anuncia el editorial. Y es gratis. Más info en el sitio web www.revistarea.com.