Los estudios realizados con anterioridad sobre el tema no tuvieron carácter anual y se limitaron a analizar lo que ocurría a nivel de la Ciudad de Buenos Aires. El primer trabajo fue realizado por el Ministerio de Seguridad de la Nación sobre elaboración propia en base al Registro de Femicidios y Homicidios Agravados por el Género (MinJus), sobre hechos ocurridos en 2014. El informe se basa en denuncias e intervenciones de la Policía Federal, que era la fuerza con competencia en el territorio. Según ese informe, los homicidios dolosos ocurridos en la CABA en 2014 fueron mayoritariamente de hombres (83 por ciento). Lo mismo se observa para los suicidios, aunque en una menor proporción (64 por ciento de los suicidios fueron de hombres frente a un 36 por ciento de mujeres). Allí también se concluye que, igual que la información conocida a nivel nacional, la tendencia es que el arma de fuego es el instrumento preponderante para la comisión de homicidios, tanto contra hombres (68,6 por ciento de los varones asesinados) como contra mujeres (53,3 por ciento de las víctimas femeninas).

Asimismo, se repite la tendencia de que el suicidio, proporcionalmente, tiene una incidencia mayor en las mujeres que en los hombres (55 por ciento contra 37 por ciento, respectivamente). Los investigadores de Inecip consideraron que un aporte interesante del informe surge del entrecruzamiento de los datos a partir del lugar donde ocurrió el hecho (domicilio particular o vía pública). En el caso de los homicidios dolosos de las mujeres, un 68 por ciento ocurrió en el domicilio particular y un 29 por ciento en la vía pública. Esta proporción prácticamente se invierte para el caso de los homicidios dolosos de los hombres, en cuyo caso un 20 por ciento ocurrió en el domicilio particular y un 70 por ciento en la vía pública.

Respecto de los suicidios, la proporción dice que la mayoría de estos hechos ocurren en el hogar, tanto para las mujeres como para los hombres (un 82 por ciento de los suicidios de las mujeres ocurrieron en el domicilio, y un 69 de los suicidios de los hombres también). De acuerdo al mismo estudio, las lesiones dolosas no muestran diferencias en razón del sexo, de hecho se registraron más víctimas mujeres de lesiones dolosas que hombres (7284 mujeres frente a 7257 hombres). Estas lesiones se dieron mayormente en la vía pública. Sin embargo, al observar los casos que ocurrieron en los domicilios particulares de las víctimas, se vuelve a detectar la tendencia de que las afectas son más las mujeres que los hombres (63 por ciento mujeres frente a un 37 por ciento de hombres). Esto significa que por cada víctima hombre hay tres mujeres lesionadas en su domicilio. Por el contrario, en los casos ocurridos en la vía pública, la relación se vuelve a invertir: los afectados son hombres en un 60 por ciento y mujeres en un 40 por ciento. Un estudio más específico todavía fue realizado por la UFEM. El informe se basó en el relevamiento de expedientes judiciales sobre homicidios dolosos de víctimas femeninas en general y femicidios en particular, también cometidos en la CABA durante 2015. Sobre un total de 31 hechos y 32 víctimas de homicidio, se discriminaron 19 casos de femicidios y 19 víctimas. 

Atendiendo al universo de las víctimas de homicidios, 13 de 32 fueron muertas por armas de fuego. De estas 13, solo 4 se corresponden –según la UFEM– con casos de femicidios. La escasa representatividad –derivada del reducido número de casos analizados– impide afirmar que la utilización de armas de fuego no sea característica de los femicidios, por cierto, según datos del Consejo de la Magistratura, para el año 2014, en la CABA, se cometieron más femicidios con armas de fuego que con armas blancas. Por lo tanto, este dato debe ser tenido en cuenta para profundizar la línea de investigación respecto a la diferencia en los instrumentos utilizados en femicidios respecto de otros homicidios dolosos con víctimas mujeres.