Cinco años después de la explosión y derrumbe en Salta 2141, que dejó 22 muertos en Rosario, otra fuga de gas en el centro de la ciudad desnudó un problema que aún no fue solucionada. El desperfecto de ayer se dio cuando operarios trabajaban en la vereda de Entre Ríos al 400 rompieron un caño.

La cuadra entera vivió una hora de miedo. A las 15, en un estacionamiento ubicado al lado de Tribunales Federales, se produjo la rotura de un caño de gas y el susto de apoderó de los vecinos y transeúntes que pasaban por el lugar. Las personas que viven en la zona dijeron que escucharon un fuerte ruido y sintieron olor a gas. Así, a medida que pasaban los minutos y los gritos se repetían, comenzaron a autoevacuarse alertando casa por casa.

“Un muchacho empezó a los gritos que evacuen porque se rompió un caño de gas. Estábamos con las clientas y nos vinimos lo más lejos posible”, dijo un peluquero que tiene su local frente al lugar del escape a Radio 2.

Tomó intervención la Guardia Urbana Municipal y de Defensa Civil, quienes procedieron al corte de calles a la espera de operarios de Litoral Gas. Dos dotaciones de la empresa arribaron y comenzaron a trabajar en pos de arreglar el desperfecto. Durante una hora se escuchó el silbido del gas emanado desde el tendido subterráneo. Los técnicos que trabajaron en el lugar explicaron que no hubo riesgo de explosión en este caso porque la fuga fue al aire libre y el gas ventea, no se comprime de forma peligrosa en el interior (como ocurrió en las torres de calle Salta).

Las características de la operación realizada para controlar el escape -tuvieron que hacer un pozo paralelo para cerrar el paso del gas- evidenciaron ciertas fallas que no fueron aprendidas de la tragedia de Salta 2141.