Nacida en Hoeven, Países Bajos, Suzanne Jongmans es una artista multidisciplinaria ducha en transformar objetos descartables en lustrosos trajes de siglos pasados, como se precia en sus celebradas series Mind Over Matter o Kindred Spirits. Más específicamente, reutiliza materiales de embalaje, que ya han servido su propósito original, y los convierte en pilcha del Renacimiento. “Lo que la mayoría de la gente tira, yo lo vuelvo indumentaria, es mi textil”, ofrece la habilidosa muchacha, que a base de bolsas y láminas plásticas, espuma y cuentas de poliestireno, diseña gorras, bonetes, collares, vestidos que remiten a la estética de los siglos 15, 16, 17. “Hacer algo de la nada cambia el modo en que observamos la realidad. Un trozo de plástico, usado para empacar una máquina de café o un televisor, puede parecerse a un retazo de seda natural. Y la tapa de una lata de puré de tomate puede emular un anillo”, explica Jongmans, que se ocupa además de fotografiar a sus modelos en poses que recuerdan a pinturas de antaño (retratos de artistas como Rembrandt, Holbeinel Joven, Jan van Eyck, Robert Campin, Rogier van der Weyden), a la par que oficia de costurera, cortadora de patrones, creadora de formas escultóricas…

“Es como si la artista hubiera cambiado la historia a través de un viaje en el tiempo, revisando y re–elaborando momentos reales para crear una adaptación alternativa, casi humorística. Y si bien hay una ligera teatralidad en sus imágenes, también hay una seria reflexión sobre el descarte masivo de materiales en marcado contraste con una época que hizo que la ropa perdurara, con un aprecio por las sedas finas y el encaje”, señala el sitio arty Design Boom. Sin dejar de recordar que, tantas olas está haciendo la holandesa que recientemente fue fichada en calidad de fotógrafa para capturar la colección cápsula de impermeables –inspirados, sí, sí, en el Renacimiento– que creó el modisto Pier Paolo Piccioli para la firma Moncler. “El uso de material de desecho es una reacción al consumo de masa. Como si fuese aún una niña, yo veo diamantes en bruto en lo que los demás entienden por basura”, se despacha la ecologista Suzanne.