Como en las épocas en las que eligió a los mapuches como enemigos, el Gobierno salió ayer con el Presidente a la cabeza a cazar anarquistas. “Vamos actuar con todo el peso de la ley”, afirmó Mauricio Macri, mientras se sucedían las detenciones y los allanamientos a casas de ácratas tras los dos supuestos atentados, uno en la casa del juez Claudio Bonadio y otro en la tumba de Ramón Falcón en el cementerio de Recoleta. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no dudó en calificarlos de “atentados” y aseguró que ambos hechos están vinculados. Macri en este punto había sido más prudente y había dicho que se iba a investigar si existía una conexión.

Según fuentes judiciales, el Gobierno viene presionando en los juzgados federales para que se investigue a personas vinculadas a posibles atentados o incidentes en torno a la cumbre del G20. Lo hace, según estas mismas fuentes, acicateado por sus propios servicios de inteligencia, que vienen recibiendo la presión de los servicios extranjeros. Hace unas semanas, el gobierno de Gran Bretaña advirtió a sus ciudadanos en el país sobre posibles atentados y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió a desmentirlos y a reclamar que se retracten. “No estamos de acuerdo. Creemos que en la Argentina estamos siguiendo atentamente todos los acontecimientos que pueden suceder y  esperemos que en estos días vuelvan a revisar esta situación”, le reclamó Bullrich al Foreing Office. 

La nueva escalada contra los anarquistas la obligó a virar en su discurso, pero –a su vez– le permitió al oficialismo dejar rápidamente de lado la aprobación del Presupuesto 2019, con los ajustes que pactó con el FMI. El presidente no tardó en subirse a quienes buscaron instalar como tema central lo ocurrido con Bonadío y en el Cementerio de Recoleta. “Vamos actuar con todo el peso de la ley ante estos intentos de atentados”, tronó Macri, quien dijo que los hechos “son llamativos” a pocos días de la Cumbre del G20 y que “han captado la atención del Gobierno”. 

En un acto en La Pampa, el presidente aseguró que Bullrich “está trabajando con todas las fuerzas de seguridad para analizar qué relación pueden tener este tipo de hechos”. En la misma bolsa ubicó la interferencia de los vuelos que presuntamente fue producida por un piloto. Sobre los anarquistas, Macri celebró que “ya hay varios detenidos”. “No vamos a aceptar este tipo de situaciones violentas de aquellos que han hecho estos intentos de atentados fallidos. Van a pagar las consecuencias”, sacó pecho el Presidente. El mandatario dejó de lado la presunción de inocencia y no dudó por un instante de la versión policial. Es más, les reclamó mayores esfuerzos: “Esperamos determinar de esclarecer si todos los detenidos son los responsables o hay más. Pero esto no pasará de largo”.

Por su parte, Bullrich sostuvo que “el caso de la Recoleta y el juez Bonadio son dos atentados que tiene nabsoluta conexidad”. Como prueba, la ministra mencionó solamente que “son personas del mismo tipo de orientación anarquista y todos vivían en el mismo aguantadero”. La investigación que mencionó el Presidente fue a velocidad supersónica o hubo una discrepancia entre el mandatario y la ministra. “Seremos contundentes y fuertes en el cumplimiento de la ley”, remarcó, en la misma línea de Macri.

Envalentonado, se sumó al coro oficialista el jefe de la Policía Federal, el comisario Néstor Roncaglia, quien dijo que los hechos “no van a pasar como hechos comunes” tanto para el Gobierno nacional como para el de la Ciudad. “Son hechos graves de intimidación pública”, indicó el jefe policial. Por su parte, el secretario de Seguridad porteño, Marcelo D’alessandro, sostuvo que estamos ante “grupos anarquistas peligrosos”. Dijo que los hechos no eran aislados y remarcó que no se podía descartar que ocurran otros hechos similares ante la cumbre del G20.

A la idea de apuntalar a los anarquistas como un enemigo también se sumó la  gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal afirmó que “nadie va a poder generar violencia”. Vidal se dedicó a elogiar a Bonadío como “un juez que busca la verdad”. “Ningún argentino ni menos un juez que busca la verdad tiene que estar sometido a esto. No hay que tener miedo ante estas cosas”, aseguró la gobernadora.