Mientras todos los focos están puestos en la Superfinal de la Libertadores del sábado, un día después, de entre las cenizas, habrá otro clásico, pero por la Superliga. En el Nuevo Gasómetro, a las 17.10, se verán las caras San Lorenzo y Huracán, en un duelo que puede sacar al local del fondo de la tabla o poner al Globo a tiro de la cima. Pero, por ahora, la atención no se centra en lo futbolístico, sino en la elección del árbitro.

“Me llegaron muchas opiniones sobre la designación de Darío (Herrera) pero yo le tengo el mayor de los respetos. Cuando te metés en las conjeturas, menos te fortaleces y a mí me interesa centrarme en Huracán”, aseguró Gustavo Alfaro ayer en conferencia de prensa, bajándole el tono a la polémica. Las “conjeturas” a las que hizo mención a Alfaro se basan en el clásico que Herrera dirigió en 2016 y que finalizó 2-0 para San Lorenzo en el Bajo Flores. Aquella vez, hubo tres decisiones polémicas del juez: un penal discutible para los locales, una tarjeta roja para Patricio Toranzo y la no expulsión de Néstor Ortigoza tras una fuerte infracción. 

Pero el DT nada quiso tener que ver con esas sospechas de cara a uno de los partidos de mayor “carga emocional” del campeonato. “Los entrenadores en un campeonato miramos contra quién debutás y el clásico, porque es una semana distinta ya que tiene una carga emocional muy fuerte”, alegó Alfaro, quien hasta ahora sólo dirigió un clásico (1-1 por el torneo pasado). Hace cinco encuentros que Huracán no le gana a San Lorenzo y el DT pretende imprimirle la impronta ganadora que adquirió el Globo desde su arribo: 62 por ciento de efectividad en 38 partidos, lo que lo llevó de pelear por la permanencia a la Libertadores. Previo a ello, desde su ascenso en 2015, Huracán acumuló un 36 por ciento en 76 encuentros. Del otro lado, aunque con el historial de su lado, el presente no acompaña. En el torneo, San Lorenzo está en el 21° puesto y, en los primeros partidos de Jorge Almirón como DT, sumó uno de seis puntos: uno de los peores comienzos de su carrera como entrenador.