Siempre innovadora, la diseñadora Gabriela de Bianchetti, creadora de G de B, etiqueta especializada en indumentaria para bebés y niños(desde prematuros a 12 años), es reconocida por haber renovado la paleta de color y estampas, hace 20 años, cuando las marcas de ropa para chicos eran muy tradicionales, pero ahora suma el ser pionera en incorporar en sus campañas a modelos no convencionales. 

“La idea, como toda buena, surgió por un hecho fortuito. Silvina, vendedora de un local de San Pedro, provincia de Buenos Aires, me mandó una foto de su hijo Gaspar con síndrome de Down vestido con mi marca. La imagen me impactó por la dulzura y alegría que transmitía. Como siempre me interesó la diversidad y en mis campañas participaron chicos del mundo real, le pregunté si Gaspar podría participar en la producción de la próxima temporada. Al obtener una respuesta positiva, me puse a trabajar en la idea. Quería que Gaspar sea uno más entre los niños de la campaña. La repercusión en la gente fue inmediata e increíblemente buena. Elegí una foto de Gaspar para el póster que representa a la marca en los 150 puntos multimarcas de toda la Argentina (vale destacar que sus prendas y campañas llegan desde Argentina a otros continentes, desde Europa a Africa). Y empezaron las más bellas anécdotas. Una clienta qué pasó por la puerta de nuestro local de la Avenida Córdoba, entro emocionada y nos contó que estaba esperando un sobrino con síndrome de Down, y se conmovió al ver la inclusión en nuestra marca. Otra, médica, que acababa de asistir a un parto donde la mamá no sabía que su hijo tenía una discapacidad”, detalla.

“Enseguida un montón de mamás nos enviaron fotos de sus niños que quizás antes se habían animado a compartirnos sus fotos. Y la familia de Gaspar, que es del interior, toda la ciudad de San Pedro está orgullosa de su modelo”, suma Bianchetti.

La campaña de verano también tiene a una niña, Violeta de 7 años, con síndrome de Down. Usar modelos del mundo real, según ella, les permite apreciar la riqueza del ser humano, en todas sus facetas y vencer ese cliché de cuáles son los modelos a seguir.

¿Miedos? “Sólo que pensaran que lo hacemos buscando algún rédito. El mundo de la moda es muy exigente. Y realmente nos parece importante señalar que trabajamos para gente común. El mayor valor en nuestra empresa es la diversidad, la calidad y la empatía. Es por eso que creamos prendas para todo tipo de cuerpos de niñas y niños. Pensando en la necesidad de todos los padres, por eso lo último que incorporamos es la línea de 500 gramos, bebés que necesitan estar en incubadoras, donde los broches de metal no están permitidos por su calentamiento, entonces creamos prendas que se cierran por medio de cintas”, remata.