Tiene treinta y seis, pero su aspecto juvenil, su voz dulce (muy diferente a esa gravedad que la distingue al interpretar un tango),  y su mirada por momentos risueña, huidiza, la hacen parecer mucho menos. Incluso mucho menos que lo que sugieren esos videos de YouTube donde se la ve sobre el escenario cantando con la orquesta, haciendo versiones de clásicos, o cuando actúa en el clip de la canción Fantasmas (dirigida por Lucrecia Martel, su pareja) donde aparece con los ojos narcotizados, la pintura corrida, la botella en la mesa, y las chicas bailando alrededor. “Igual, los míos fueron años vividos intensamente”, dice Julieta Laso. Y no caben dudas. La intérprete de tangos reos que desde hace cuatro años le pone voz a la potentísima Fernández Fierro, esta misma noche presentará La martingala, su segundo y largamente macerado trabajo de elaboración personal. Pañuelo verde en la muñeca, remera estampada con la imagen del Gauchito Gil crucificado, Julieta se cruza de manos sobre la mesa, escoltada por un mate frio y empieza por contar cómo, por un aparente golpe de suerte, el baño de su casa se transformó una vez y, sin quererlo, en el estudio de un casting que le cambió la vida: “Antes de vivir acá (en Villa Crespo) yo estaba en mi casa de Parque Chacabuco, era un departamento de un ambiente con un patio, sin techo, un lugar raro. Básicamente se escuchaba todo y yo cantaba en el baño.  Yuri Venturin de la Fernández Fierro me escuchaba desde el departamento de su novia, que vivía al lado.  Y un día le dijo: canta bien la vecina. Poco después me convoco para integrar la orquesta”.

Pero hacés una interpretación muy actoral de tus tangos. ¿Vos cantás en el baño con ese mismo énfasis?

-Sí (risas). Es una impronta personal que sea con mucha interpretación. Además, yo venía con mi formación de la infancia, que siempre fue la actuación. Me dediqué mucho tiempo a eso, después lo dejé. El tango me salvo porque estaba en crisis, había tenido una experiencia no muy agradable con el grupo de Omar Pacheco. De hecho, fui una de las que hizo el escrache. Hace más de diez año me fui del grupo. Sabía de todas las cosas que estaban pasando, de las estafas económicas a mis compañeras, hijas de desaparecidxs. Esa experiencia duró varios años, por suerte no tenía acceso a dinero en ese momento como para haberlo puesto, como le pasó a muchxs, que pusieron toda su indemnización de la reparación histórica.

¿En qué sentido fue una mala experiencia?

-Sí, pero no abusada sexualmente. Yo estaba pelada porque para sus obras había qué raparse si tenías ese personaje y eso te salvaba del abuso. Estuve cinco años pelada. Cuando hablaba de nosotrxs decía: Llamen a los híbridos. Pero por lo menos no nos manoseaba. Las que estábamos peladas no éramos nombres ni mujeres.

Pero híbrido es algo seco que no da frutos…

-Sí, no sonaba nada bien… Me fui del grupo cuando me enteré de una situación con una compañera menor de edad. Como fue tan astuto dividió al grupo. Hizo que se fueran peleando entre ellos, justo en el momento en que habían puesto tanto dinero durante el corralito. Se dolarizó la deuda entre ellos. No pasó después nada y siempre quedó ese muchacho ahí, yo pensaba que había pasado al olvido. Pero no. Se ve que seguía trabajando fuerte con muchos grupos a cargo, que la gente seguía yendo a ver las obras. Alguna vez hice una mención en Detrás de escena y lo vio una compañera. Una actriz actual, actual hasta hace dos semanas, y se comunicó conmigo.  En un momento me llegó el mail de esta chica, que fue la que propuso todo esto. Yo justo estaba presentando el disco y no hice mucho movimiento de la situación para no mezclar todo, pero fui al escrache y filmé. Participé activamente de la situación, sólo que en las redes no lo hablé mucho porque no me parecía el momento.

¿Cuánto tiempo trabajaste con Omar Pacheco?

-Casi cinco años, empecé a mis 17. Tuve una experiencia teatral pequeña después donde conocí músicos y Alejadro Balbis me dijo: Negra, que buena voz. Hice una prueba en una milonga donde había unos músicos consagrados, un público más exigente, y dije, bueno, acá me voy a dar cuenta si sirvo para esto. A partir de ahí fui muy ayudada, muy apadrinada por Julián Peralta, Patricio Bonfiglio, Alejandro, el Cuarteto La púa, la Fernández Fierro…

Todos hombres

-Y bueno, el tango es un mundo plagado de hombres.

Te oí cantar un tango que era muy lésbico.

-Este disco no es exactamente de tangos. Es rioplatense, tiene una cosa muy ciudadana y mi voz te identifica inmediatamente con el tango. Hasta ahora había hecho sólo tango desde la fierro hasta los clásicos.

¿Qué pasó, te degeneraste?

-Me degeneré un poco. Me estoy tomando muchas licencias. Y en este disco hay milongas, vals, zambas.

¿Qué define un tango reo la letra, el tono de voz, una actitud al cantar?

-Son tangos con mucho lunfardo. Por ejemplo, yo no canto de Gardel, que son como más melódicos. Yo me identifico mucho con Tita Merello, muy apoyada en la interpretación. No son unos virtuosismos vocales tremendos pero un poco va por ahí, cada vez más. Con la fierro también es necesaria toda un impronta en el escenario, en el show.

Con la Fernández Fierro hay que poder acompañar semejante potencia orquestal…

-Si no, te pasa por encima. Y la actitud misma es al palo. Pero se fue dando naturalmente. Hace cinco años estoy trabajando en este disco y hace cuatro estoy en la Orquesta, cuando entré tuve que dedicarle mucho tiempo y por eso el proceso de este disco se hizo más lento.

Al video de tu canción Fantasmas lo dirigió Lucrecia (Martel), ¿verdad?

-Sí, dirigió el video y ayuda mucho. En la imagen de YouTube, en todo está metida, mismo ahora en Instagram, donde subimos videos todo el tiempo. Videos raros que están hechos por ella. Ya hace dos años…

¿Dos años de qué?

-De que nos… me enamoré y vivimos juntas.

Googleandote apareció una bio de Lucrecia en la que decía “Cónyuge: Julieta Laso”…

-Lo puso ella en Wikipedia. Estoy re contenta. Y la verdad es que me ha ayudado muchísimo.

Estuvieron muy juntas en la militancia por el aborto también, ¿no?

-La verdad que sí. Una pena que se dio vuelta todo. Lo del aborto fue como una traición, de repente apareció un mundo en el que parece que hubieran ganado ellos. Estar en contra de la educación sexual ya es como… se ve que viene de varios lados y que tienen apoyo. Nosotras estuvimos re activas en la campaña. Estoy en el Colectivo de Músicas y apoyando cada vez que me subo a un escenario. Es lo que más me inspira de lo que está pasando y creo que a Lucrecia le pasa lo mismo.

¿Te considerás una persona muy política?

-Me da vergüenza decir algo así porque hay gente que milita muy seriamente en el feminismo. Si pienso políticamente en lo que hago, en lo que elijo cantar.

¿De quiénes habla esa canción “Las tribus”, que forma parte del disco nuevo? Dice: El caos va a ser internacional/ no podrás escaparte del país/ cuando el olor de las tribus/ se empiece a sentir/ A por ellos/ que son pocos y cobardes...

-Los autores de casi todas las canciones del disco son Diego Baiardi en las letras y Lisandro Silva Echeverría en la música, salvo dos canciones, una es de Alejandro Balbis y habla de una historia entre dos hombres, es “Ya ni saludas”, y la otra es “Las tribus”, de Rodrigo Guerra. A veces, cuando la canto pienso en eso, en los que quedan afuera y un día van aparecer. En todo el disco yo quería hablar de esas cosas incómodas que me pasan y que nos pasan a todxs. El disco es un poco áspero. Se llama La martingala, que es un juego de ruleta, porque lo pensamos un poco como esas triquiñuelas que hay que hacer para sobrevivir, para sobrellevar, según como una lo piense, eso que llamamos azar o destino.

 Julieta Laso presenta La martingala hoy, viernes 30 de noviembre a las 21, en Casa Brandon, Luis María Drago 236.