No hay olvido para la música de Francisco Salgado. Las composiciones del último disco que el trombonista, armonicista y compositor grabó con Salgado y Asociados sonarán nuevamente y de otra manera, según los preceptos del jazz. Será una forma leal y afectuosa de recordar a quien fue una figura notable del jazz de Buenos Aires, un promotor incansable de ese pensamiento musical que interpela las posibilidades del presente entre los desafíos de la vanguardia y las certezas de la tradición. El disco Pequeñas explosiones hermanas  se presentará el sábado a las 21 en Roseti (Roseti 722), en el marco del festival Punto de Fuga. Actuarán también Nicolás Chientaroli, en piano solo, y el cuarteto integrado por Ada Rave en saxo, Cecilia Quinteros en violoncello, Tatiana Castro Mejía en piano y la bailarina Mara Padilla. Las visuales estarán a cargo de Hernán Traverso. 

En mayo, Francisco Salgado murió de cáncer. Tenía 39 años y estaba en plena ebullición creativa. Así tocó hasta el último día. Su ausencia, repentina y prematura, dejó truncos numerosos proyectos, reflejo de una vida artística plena, de una búsqueda estética incansable. El Mafia Underground Trío –con el contrabajista Iván Viaggio y el baterista Hernán Rodríguez–, un dúo con la pianista colombiana Tatiana Castro Mejía, el Roseti Proyect  –con el baterista Matías Coulaso y el saxofonista Frido Ter Beek– y el Roseti Ensamble fueron algunos de los proyectos que contaron con su talento. También Salgado y Asociados, el colectivo fundado desde la improvisación como manera de desplegar ideas y contener variedades.

A fines de agosto del año pasado, Salgado y Asociados grabó los temas de lo que sería el segundo disco de la banda, pero la muerte de Salgado sorprendió a todos antes de la mezcla final. “Teníamos planeado mezclar el disco para mitad de año. Francisco ya le había encargado la tapa a Ivana Roitberg, e incluso llegó a verla terminada y a aprobarla. Pero no pudo llegar a la mezcla. Poco después de su muerte, su familia se puso en contacto con Los Asociados, y manifestó el deseo de terminar y publicar el disco”, explica Guillermo Roldán, bajista de la banda que se completa con Pablo Moser en saxo barítono y soprano, Hernán Samá en saxo tenor y soprano, Marcelo Jusid en guitarra, Julia Sanjurjo en voz y Javier García Atencio en batería. Salgado interpretaba trombón y armónica, y es autor de la mayoría de los temas. Para esta presentación, el grupo convocó a Enrique Norris en corneta, quien participó en el disco y conoció muy bien a Salgado, para que reinterprete lo que él hacía desde sus instrumentos. 

Pequeñas explosiones hermanas es un disco vigoroso, osado y poco complaciente. Tiene una vitalidad que se apuntala en la forma abierta de las composiciones y en los diálogos tensos pero nunca agresivos entre las individualidades. Desde ahí se proyecta un jazz libre, que atraviesa estilos –con gestos que se desprenden del blues, el spiritual, el second line de New Orleans, el hip hop, por ejemplo–, pero sin detenerse en ninguno. En una especie de lirismo vertiginoso, la música de Salgado se transforma continuamente y su marca personal está en el riesgo. “A pesar del dolor inmenso por su perdida, nos sentimos honrados y felices de seguir tocando la música de Francisco. Así homenajeamos a un músico magnifico e inolvidable, que además supo ser un compañero ejemplar”, concluye Roldán.