Annegret Kramp-Karrenbauer, la candidata favorita de la canciller alemana Angela Merkel, fue elegida ayer como su sucesora al frente de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU), en el congreso federal que el partido celebró en Hamburgo. La secretaria general de la CDU, considerada continuista del legado de la canciller, se perfila también así como posible candidata a la Cancillería de Alemania en las próximas elecciones generales del país. Conocida también por sus iniciales, AKK se impuso con 517 votos de los 999 emitidos, o un 51,8 por ciento del apoyo de los delegados, a Friedrich Merz en una segunda votación. El ex líder del grupo parlamentario de la CDU, que obtuvo 482, era visto como el representante de la ruptura y de la vuelta a los valores conservadores tradicionales del partido. El tercer candidato, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, también partidario de dar un giro hacia la derecha, se quedó fuera en la primera vuelta al obtener tan solo 157 votos. 

Luego del anuncio de los resultados, miles de delegados presentes en una sala desbordada se levantaron al grito de “¡AKK! ¡AKK!”. Muy emocionada, la elegida se encaminó al podio donde abrazó a su mentora. La nueva líder del CDU agradeció a su dos adversarios y prometió que trabajará junto a ellos en el futuro. “Agradezco a mis rivales por una campaña justa como la que hemos hecho”, afirmó. “Acepto la designación y agradezco la confianza”, declaró Karrenbauer ante los 1.001 delegados del partido al conocer la noticia aún con lágrimas en los ojos. En su discurso de defensa de su candidatura, Karrenbauer llamó a la CDU a demostrar más valor y confianza en sí misma. “Si tenemos valor viviremos en una Europa fuerte, en una Europa con un euro a prueba de crisis y con un Ejército europeo que sea una realidad”, afirmó.  En su opinión, todo esto es necesario si se quiere que la CDU siga siendo el partido del presente y del futuro. “Necesitamos una CDU fuerte. Esta Europa, esta Alemania necesita una CDU fuerte”, declaró al mismo tiempo que agradeció a Merkel por su trabajo. 

La votación abre así una nueva era en el partido tras 18 años de liderazgo de Merkel. Sin embargo, la que es canciller de Alemania desde 2005 tiene previsto continuar en su cargo como mandataria hasta el final de la legislatura en 2021 dentro de la coalición con los socialdemócratas. AKK señaló que ahora se trata del futuro y no del ayer. Mientras, intentó distanciarse del apelativo de “mini-Merkel”, como algunos la designan por su reputación de leal a la canciller. “La gente me considera una ‘mini’, una copia, un simple más de lo mismo, pero puedo decir que estoy aquí por mí misma.” La devota católica y madre de tres hijos, tiene una postura más conservadora en temas sociales como el matrimonio gay, y ha prometido una línea más dura en migración, en momentos que el partido busca atraer a los votantes que ha ido perdiendo seducidos por la extrema derecha. “Tengo mi propia opinión y eso me ha llevado a un conflicto con Angela Merkel”, dijo al diario Frankfurter Allgemeine recientemente. “Pero no es que estoy a punto de distanciarme artificialmente de ella”, agregó tras demostrar una lealtad sin fisuras hacia la canciller. Cuando el gobierno de Merkel legalizó el matrimonio igualitario, Karrenbauer lo consideró un error al considerar que eso abriría la vía a otras reivindicaciones como un matrimonio entre parientes cercanos o entre varias personas. AKK también se expresó a favor de una expulsión inmediata de todos aquellos refugiados que fueran reconocidos culpables de actos criminales, incluido los sirios. En el 2000 se convirtió en ministra y pasó por las carteras del Interior, Trabajo, Familia, Deportes y Justicia. “No hay tarea que no se pueda confiar a Annegret”, dijo el jefe del gobierno local, Peter Müller. En 2011 fue primera ministra del Sarre, su región natal, donde es muy popular.

Luego de la elección, el congreso de Hamburgo saludó a Merkel después de 18 años al frente del partido. “Ha sido un honor”, declaró la mandataria alemana en su último discurso como presidenta de la CDU, que fue recibido con un largo y tendido aplauso y con carteles en los que se podía leer “Gracias, jefa”. Merkel, que por momentos se vio obligada a interrumpir su discurso por los aplausos, volvió a recordar algo que ya había hecho cuando anunció su decisión de ceder el cargo a finales de octubre. “No nací canciller. Ni siquiera presidenta del partido. De verdad que no”, insistió. “Es el momento de abrir un nuevo capítulo”. La canciller alemana lanzó un llamado a defender los valores cristianos y democráticos ante lo que caracterizó como la emergencia de tendencias populistas y nacionalistas en el mundo. “En estos momentos difíciles, no debemos olvidar nuestros valores cristiano-demócratas”, dijo la canciller en Hamburgo. “Hace 18 años, en mi primer discurso como presidenta, pedí ir al grano ante una situación muy difícil para el partido. Costó superar esa situación y muchas elecciones después, el desafío ahora es mantenernos unidos y liderar unidos siempre desde la vocación centrista” afirmó Merkel.  Son momentos de fuerte polarización social, agravados por la irrupción de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en el panorama parlamentario alemán, recordó Merkel, para destacar a continuación la necesidad de desmarcarse de estas vías. “Nosotros no incitamos al odio ni aislamos a nadie, no discriminamos a nadie, no hacemos diferencias entre el respeto a la dignidad humana”, proclamó.