Esta semana fue presentada Veronica irizar como la candidata oficial del partido Socialista para disputar la interna del Frente Progresista con Pablo Javkin. Esta mujer de 43 años dice conocer "todos los rincones de la ciudad y la municipalidad". En un final ajustado con Leonardo Caruana, los popes del PS tomaron el riesgo de optar por una contadora experta en presupuesto y gestion por encima de la tradición que hizo que en todos casos -con la excepcion del actual Gobernador-sus candidatos provinieran del area de Salud. "Defensa del rol de estado y participación ciudadana", como claves para la ciudad de los proximos treinta años, sostiene la candidata.

-- Fue presentada oficialmente como la única candidata del socialismo que va a enfrentar a Pablo Javkin en una primaria del Frente Progresista para llegar a la Intendencia.

-- Finalmente, hubo un acuerdo dentro del partido. Creo que mi nombre expresa la síntesis que nuestra propuesta quiere ofrecerle a los rosarinos, entendiendo que es necesario una renovación del proyecto político y que soy parte de una nueva generación que se ha preparado. En mi caso tengo 43 años pero llevo casi 20 preparándome para transformar el estado, y me siento con ánimo para hacerlo. Es un desafío que me apasiona, que lo tomo con gran compromiso, con convicción y con pasión. Para los que no me conocen, me ha tocado transitar un camino tanto en el Ejecutivo como en el Concejo que he tomado con mucha pasión y compromiso, y creo que he tenido la suerte de conocer cada rincón de la Municipalidad y también de la ciudad, y por ese motivo estoy convencida que el mayor valor que tenemos es nuestra gente, los rosarinos. Amo esta ciudad, la he elegido y la sigo eligiendo, y estoy convencida de que lo mejor está por venir y que tenemos el desafío de abrir una nueva etapa para los próximos 30 años de futuro de esta ciudad.

-- Le toca enfrentar a Javkin, que va sin beneficio de inventario en cuanto a los déficits de la administracion, porque si bien forma parte del Frente Progresista, no expresa "la gestión".

-- Pablo es alguien que respeto mucho, pero prefiero hablar de mí. No soy una persona de grandes discursos ni de un derrotero político, siempre he sido más de la ejecución. Me siento bien en los lugares que tengo que concretar proyectos y llevarlos adelante. Además, me animo porque no estoy sola, hay un gran colectivo de gente preparada y con muchas ganas de dar vuelta los problemas de la ciudad. Rosario tuvo numerosos dirigentes que le dieron mucho. Si se ve el proceso nuestro, hubo un grupo de dirigentes que soñaron un futuro distinto para Rosario, que la transformó haciendo hincapié en la costa, los espacios públicos, el río, el nuevo sistema de salud pública, los distritos, el Tríptico de la Infancia, etc.; pero no sólo lo soñaron sino que lo proyectaron, lo planificaron, lo construyeron, lo hicieron posible, y lo más importante es que hicieron que todo eso sea de todos: no es el HECA del socialismo, es el HECA de los rosarinos.

-- Después de las elecciones del año pasado, que desde el punto de vista del resultado fueron muy malas para el Frente, daba la sensación que la marca estaba caída irremediablemente. Varios meses después hubo una suerte de reverdecer, al punto tal que surgieron seis o siete candidatos aspirantes a la Intendencia, por lo que, evidentemente, hay una revalorización de la gestión. ¿Eso es por virtudes propias o por el contraste con la desaparición del Estado como figura de contención que se puede advertir a nivel nacional?

-- Creo que hubo un mensaje de los rosarinos en las elecciones anteriores del cual tomamos nota y a partir del cual hubo un cambio muy fuerte en la gestión local que modificó la percepción de la ciudadanía. Al mismo tiempo, el hecho de lo que está pasando en Argentina hace que muchos rosarinos digan que no quieren volver atrás, quieren que la ciudad siga hacia adelante. Nadie esperaba el cambio que vimos a nivel nacional, nadie pensaba estar en esta situación económica, y por eso se valoriza más lo que hay, porque podemos mostrar desde Rosario un proyecto político que lejos de haberse agotado, ha tenido la capacidad de transformarse desde el gobierno. Por el contrario, vemos que muchos otros proyectos políticos llegan al gobierno y se agotan rápidamente; acá, en cambio, hay una propuesta que se renueva, y obviamente que el desafío que tenemos por delante es ver cómo hacemos para que los rosarinos vuelvan a confiar y a creer en esta idea de construir juntos. Por eso, algo que propongo es que mis tres ejes sean la escucha, el diálogo y el trabajo, tanto mío como de mi equipo. De esa manera, creo que en el futuro, gran parte de las cosas nuevas van a venir de parte de los propios rosarinos: no creo en un Estado respondiendo al vecino sino al vecino dueño del Estado, y siendo parte de este proceso nuevo que viene para Rosario.

-- Además del recambio generacional, hay otro dato significativo que es su procedencia en cuanto a la formación académica, ya que a diferencia de gran parte de los dirigentes del socialismo que vienen del ámbito de la medicina, esta vez se tomó la decisión de que la próxima candidata a Intendenta sea una mujer que viene de la economía, de las ciencias duras y de la gestión en esa área, que tuvo que lidiar en su momento con los conflictos con los empleados municipales y con el reparto del presupuesto.

-- Sí, creo que esta es una apuesta fuerte, porque además, por el momento, soy la única precandidata mujer; entonces es un doble desafío. La otra cuestión es el perfil de la gestión, porque cada una tuvo su impronta, y la mía será distinta. Sueño con una Rosario mucho más dinámica, con un perfil productivo más fuerte. La ciudad ha tenido un sistema social que incluye desde el Estado, pero ahora creo que el desafío que tenemos por delante es que la inclusión venga de la mano de la producción, del trabajo y del empleo. En términos del presupuesto, los que me conocen saben que siempre he estado defendiendo los intereses de la ciudad y por ende de los rosarinos y las rosarinas. Incluso me ha tocado defenderla con compañeros propios que estaban en el gobierno provincial, discutiendo en cuanto al financiamiento de la ciudad, y en temas pendientes, como la inclusión de Rosario en el Fondo de Obras Menores; pero también a nivel nacional, porque es mucho lo que la ciudad da y muy poco lo que vuelve.

-- ¿Cuál es su perspectiva de lo que va a suceder durante 2019, tanto en el plano económico como político?

-- El gobierno nacional juega a fondo en estas cuestiones publicitarias o mediáticas que quieren cambiar el eje de la opinión pública. Sale con nuevos temas que son medidos mediante los focus groups, y eso me parece muy peligroso, más teniendo en cuenta que estamos en diciembre, con lo que eso representa, y estamos en un momento que desde lo económico es muy compleja, donde se dificulta llegar a fin de mes, donde vemos una inflación que va a estar cerca del 50%. Por eso, creo que están jugando muy al límite de lo que la situación social puede tolerar. El año próximo va a ser complicado porque en términos económicos no se avizora que haya un mejoramiento. Con ese panorama, deberían ser más responsables a la hora de pensar los temas que van a plantear y cómo esto repercute en algunos sectores de la sociedad.

-- Muchas veces el PRO fue su aliado en las votaciones del Concejo Municipal para que la gestión pudiera lograr ciertos objetivos. Probablemente eso no pase ahora, no porque hayan cambiado mucho las cosas sino porque va a haber una campaña electoral por delante. Pero todavía quedan temas pendientes a resolver en el corto plazo que necesitarán los votos de otros bloques políticos.

-- El Ejecutivo ha enviado un proyecto de Presupuesto que es muy razonable, ya que está por debajo de lo que es la inflación. Este año habíamos aumentado la tasa un 25%, mientras que la inflación estará en el orden del 50%; y entendiendo que es imposible pedirles un esfuerzo más a los rosarinos, lo proyectado para el año que viene es una suba de sólo un 35%, teniendo en cuenta que este año ya perdimos un 25% y que la inflación estimada por el gobierno para el 2019 es del 75%. Por eso, aquel que razonablemente quiera darle gobernabilidad a la gestión de Mónica Fein, debería estar acompañando desde un lugar responsable. El año pasado cuando discutimos el presupuesto del 2018, escuchamos discursos muy institucionales, muy democráticos que planteaban la necesidad de aprobar el presupuesto por unanimidad. Esperemos que eso se refleje la semana próxima cuando estemos debatiendo el Presupuesto 2019, porque entendemos que se trata de un proyecto que lo único que busca es sostener la posibilidad de financiar los recursos que se van a destinar en un 54% a sostener prestaciones sociales esenciales; y que tendrá un fuerte foco puesto en la inversión pública, ya que estamos hablando de 21 millones de pesos por día en obras muy necesarias para la ciudad, muchas de ellas dentro de la lógica del Plan Abre y de integrar los barrios no formales a la ciudad, pero también obras de infraestructura muy importantes, como la doble traza de Avenida Sorrento y Newbery. En ese marco, la discusión debe centrarse en cómo sostenemos eso aquellos que creemos que el Estado tiene el rol de igualar y de generar igualdad.