Esteban Alvarado y Luis Paz son nombres vinculados al narcotráfico. Al primero lo denunciamos públicamente en febrero de 2013 en absoluta soledad, al segundo, a través de la Legislatura, informamos que vivía en el country "Los Molinos", en Santa Fe y que luego del asesinato de su hijo Martín, el 8 de septiembre de 2012, había movido sus negocios hacia la capital provincial. Quizás por eso, en tribunales provinciales, dijo que nos iba a iniciar un proceso judicial. Hoy está detenido y procesado por lavado de dinero vinculado al narcotráfico. "Tengo la vaca atada", sostuvo Paz en relación a sus vínculos con el poder judicial y otros sectores. Habrá que ver cómo es esa vaca y cuántas patas tiene. Mientras tanto, lo cierto es que estos nombres arrastran una historia de por lo menos diez años plagada de conexiones con nichos corruptos de las fuerzas de seguridad, empresas, profesionales y otros segmentos de nuestra sociedad. Es hora de aclarar qué cosas se hicieron para impedir estos desarrollos.

Los muertos siguen hablando en Santa Fe. Mercedes Paz era la pareja del Pájaro Cantero mientras su hermano, Martín "el Fantasma", era asesinado el 8 de septiembre de 2012 en Entre Ríos y 27 de Febrero, en Rosario. Luis Medina era socio y enemigo de Esteban Alvarado. A cinco años de los asesinatos del Pájaro y Medina, esos muertos siguen agitando los hilos de negocios que están mucho más allá de los barrios humildes santafesinos.

Detrás de las figuras de Alvarado y Paz empiezan a surgir empresas de transporte y negocios inmobiliarios. Lavado de dinero y logística. Una evolución patrimonial y económica que debe explicarse también desde la política. Años de acumulación, años de relaciones. Los que miraron para otro lado forman parte del problema.

* Diputado provincial, Frente Social y Popular