Un trabajador de Agroindustria se suicidó en el edificio de la Secretaría, que atraviesa desde hace un año un brutal ajuste. Su cuerpo fue encontrado por la mañana, ahorcado en el patio al que da la dirección de Asuntos Forestales, de la que él dependía. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denunció que el joven de 32 años había ido a trabajar el día anterior. “Se cree que pasó toda la noche en el lugar y tomó la decisión por la mañana, pero nadie lo vió porque hace un mes despidieron a los cuatro compañeros que se quedaban de guardia por la noche, cuidando las instalaciones”, contó Sebastián Rivera, titular de ATE en Agroindustria. El delegado advirtió que el gremio “no va a naturalizar lo que está pasando. Hace diez días otro compañero se nos murió de un paro cardíaco, no lo pudimos salvar porque no hay desfibrilador por el ajuste. Y todo esto pasa después de que nos despidieran a 900 personas”.  

En el último año –es decir desde que asumió al frente de Agroindustria el ex presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere–, en el área hubo dos tandas de cesantías masivas. En el medio, el Ministerio fue degradado a Secretaría y sus áreas recortadas. 

En abril, Etchevehere avanzó con 330 desvinculaciones; “en agosto el director de recursos humanos, Alejandro Caviglia, recorrió el edificio diciéndole a la gente que quería darles tranquilidad sobre que no habría más despidos porque ya estábamos dentro de la llamada ‘dotación óptima’, pero el 31 de ese mes mandaron otros 548 telegramas”, completó Rivera. Luego hubo un recorte de horas extras. El Presupuesto 2019, como se sabe, sólo promete más ajustes. 

“En estos días la preocupación es que a fin de año podrían no renovarse cientos de contratos. No podemos tomar todos estos hechos como algo normal. Trabajo desde hace 24 años acá y nunca había pasado”, advirtió el delegado. 

Desde la Secretaría confirmaron que el trabajador se desempeñaba en Asuntos Forestales, que la Policía Federal hizo el primer registro de lo sucedido y que fue abierta una investigación judicial.

Agroindustria tiene actualmente 3500 trabajadores. En el edificio central, ubicado en Paseo Colón y Estados Unidos, se desempeñan unos 800. En el gremio marcan que la mayoría de los empleados –este es el caso del que ayer se quitó la vida– tienen una relación laboral precarizada, bajo contrato. 

El martes 27 de noviembre Roberto Billard, de 63 años, coordinador de ceremonial desde 2014, murió en el mismo edificio por un paro cardíaco. No pudieron salvarlo porque el edificio de Paseo Colón al 900 no tiene equipo desfibrilador, que en el mercado se ofrece por valores a partir de los 35 mil pesos. Esto, a pesar de que desde 2015 existe una ley que obliga a todos los edificios públicos a contar con un desfibrilador. El organismo tenía este equipamiento, pero unos médicos despedidos en los comienzos de la gestión de Cambiemos se lo llevaron porque era de su propiedad. 

Cuando Billard se descompensó, el único médico que queda en la Secretaría le hizo las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) y logró estabilizarlo. Pero terminó muriendo en el tercer piso donde trabajaba, “porque no solo no había desfibrilador, sino que además la ambulancia tardó 40 minutos. El SAME tampoco tenía un equipo portátil y no pudieron llevarlo al móvil médico porque la camilla no entraba en el ascensor”, relató en su momento a PáginaI12 una compañera del fallecido. 

El desmantelamiento del equipo médico también incluyó al equipo de psicólogos con los que contaba la repartición del Estado. Al inicio del gobierno de Cambiemos, la secretaría tenía seis médicos que cubrían todos los turnos, una pediatra en el jardín maternal y nueve psicólogos. En la actualidad queda una sola psicóloga y un único médico de adultos, que por ser el coordinador del área también cumple tareas administrativas.  

Los trabajadores de la secretaría hicieron una asamblea en la que expresaron su dolor, y la indignación por la actitud que mantuvieron los funcionarios. “El cuerpo del compañero estuvo cuatro horas ahí esperando que vinieran los forenses. Al lado pasaban los funcionarios. No les importamos nada: ningún directivo vino a explicar qué paso. Tenemos que sacar esto a la luz, porque es parte del estrés laboral que venimos sufriendo”, dijo uno de los concurrentes a la reunión, que difundieron por las redes sociales.