Una olla roja, de esas curtidas por mil combates contra fideos, salsas y verduras, hace las veces de instrumento ritual. Carlos Rivero, el que la toca, es como un chamán musical de larga data folkórica. Ha tocado con Los Andariegos, con Jaime Torres, con Leda Valladares, y con Jacinto Piedra, entre muchos otros. Y ahora anda por los viajes de Belén Mackinlay. Es más, fue quien acompañó a la cantora en un zarpazo por Europa, donde ambos, además de tocar en la Casa Argentina de París y en la residencia del embajador, en Londres, dieron un taller para niños en escuelas municipales de Le Puy en Velay, un pueblito medieval situado sobre un valle volcánico, al sur de Francia. “Nos recibieron encantados, los chicos… Estuvimos una semana enseñándoles música argentina, ¡y llevamos la olla roja!”, se ríe ella. “Posta ¿eh?... Podemos estar tocando las músicas más serias, pero cuando Carlos saca la olla, la gente se relaja y filma todo… Les parece raro y sorpresivo que alguien haga percusión con algo así”.

Recién llegada de tal travesía, con dos discos bajo el brazo (Trébol blanco y Huella), y con la vasija, claro, Mackinlay dará un concierto hoy a las 19 en La Biela (Quintana 600), en el marco del ciclo Bares Notables.  La Mackinlay Folk Band (no se llama así, pero tranquilamente podría) la completan el ecléctico contrabajista Pablo Tozzi, y el experimentado pianista Abel Rogantini. 

En el concierto, la idea es homenajear a Mercedes Sosa, a través de piezas que la negra recreaba de Manuel Castilla, Ramón Navarro, Jaime Dávalos, Violeta Parra, Cuchi Leguizamón y Chabuca Granda, entre otros. “En Europa esperábamos que vinieran a escucharnos solamente argentinos nostálgicos, pero la verdad que no… vinieron muchos franceses. Debe ser por Mercedes ¿no?”, señala ella, mientras afila voz y banda para visitar clásicos como “Duerme negrito”, “La Arenosa” y “Alfonsina y el mar”, entre otras perlas. “Las reversionamos a nuestro estilo pero manteniendo la esencia. Por más que las hagamos con piano y contrabajo, que lógicamente le dan un sonido más urbano, lo que hacemos sigue siendo folklore”, afirma la intérprete.