La denuncia de la actriz Thelma Fardin abrió la puerta para que también comiencen a salir a la luz casos de abuso sexual entre la dirigencia política. Una trabajadora del Congreso y militante radical, Claudia Guebel, denunció penalmente al senador oficialista Juan Carlos Marino, vicepresidente segundo del Senado y titular de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia. El ex candidato a gobernador pampeano y hombre cercano a Enrique “Coti” Nosiglia se llamó a silencio, al igual que el partido radical. Quien salió a dar la cara fue el macrista Federico Pinedo, que aseguró que Marino niega los hechos y que renunciará a sus fueros para ponerse “a disposición de la justicia”, lo cual no es más que una declaración de rigor ya que los fueros no impiden que la causa judicial avance. “Que la Justicia investigue y que sea un antes y un después para las mujeres que trabajan en la política, en el Parlamento”, señaló Guebel, quien calificó a Marino y a su jefe de despacho, Pedro “Cachi” Fiorda como “dos bestias”. Según la trabajadora, Marino le “tocó los pechos” en su oficina y le mandaba mensajes con videos “alusivos al sexo” mientras que en otra oportunidad Fiorda le agarró de los brazos y le introdujo su lengua en la boca “con furia”. También denunció a Juan Carlos Amarilla, actualmente asesor del diputado Alfredo Olmedo.

Politóloga de 51 años, madre de dos hijos, Guebel integra la planta permanente del Congreso desde el año 2001. Tiene una activa participación en el radicalismo. Fue secretaria de la Convención Nacional de la UCR y también secretaria del tribunal de Ética partidario. 

En la Cámara de Diputados se desempeñaba como personal de la Comisión de Juicio Político. Allí sufrió el acoso de Amarilla, que según aseguró ya contaba con “un prontuario impresionante”. Sin embargo, ninguna de las trabajadoras se animó a formalizar una denuncia. Durante la gestión de Emilio Monzó le abrieron un sumario pero “no lo apartaron” de la Cámara sino que fue trasladado a la oficina de Olmedo. 

Posteriormente fue su traslado al despacho del senador Marino, que tiene a su cargo la presidencia de la poderosa comisión bicameral de Inteligencia, encargada de supervisar el funcionamiento de la Agencia Federal de Inteligencia. “‘Empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular desde su teléfono celular (por Marino) en los que me decía ‘¿Dónde estás?’, ‘¿Dónde vivís?’, ‘Voy a estar por allá, me doy una vuelta’, ‘Preparate que voy a tu casa’. Me enviaba videos alusivos al sexo. Quiero aclarar que yo no tenía vínculo alguno con él, ni de confianza ni de amistad. Este tipo de mensajes me los enviaba constantemente, varias veces por semana’”, relató Guebel ayer. Su denuncia fue presentada este miércoles, luego de la conferencia del colectivo de Actrices Argentinas. Quedó radicada en la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal número 4, a cargo de Carlos Stornelli.  

La militante radical señaló que cuando comenzó a trabajar para Marino, el senador le dijo que iba a desempeñarse “yendo a las comisiones, pero cuando él dijera”, y no concurriendo diariamente a su oficina porque “eran muchos”. “‘Nos vamos a manejar así’, me dijo, lo que parece casi un modus operandi”, contó Guebel y recordó lo que ocurrió la primera vez que fue a la oficina para que le firmaran la planilla de asistencia: “El senador hace con el dedito como ‘vení para acá’, como que tenés que pasar por acá y sin mediar palabra el tipo directamente avanzó a tocarme los pechos”, relató.

“Me quedé atónita y temblorosa”, agregó Guebel, quien dijo que el senador nacional por La Pampa le “metió la mano por debajo del saco” al mismo tiempo que le dijo “te voy a estar llamando”.

“‘El senador Marino dice que eso no es verdad, que se va a poner a disposición de la Justicia y que va declinar sus fueros’, respondió Pinedo, al poco tiempo de que se conoció la noticia. El presidente provisional del Senado trató de mostrarse ecuánime y aseguró que “en ningún caso” la Cámara alta hará “un linchamiento de alguien” ni tampoco “una protección corporativa”. Desde la UCR se negaron a hacer declaraciones al respecto. Federico Storani, vicepresidente del partido, sostuvo que lo convocarán para que de “su versión de los hechos” y después dejarán “actuar a la Justicia”.