El Ministerio de Trabajo dictó ayer la conciliación obligatoria por 15 días en el conflicto que enfrenta a la firma PC Arts, que produce computadoras y tablets bajo la marca Banghó, y sus empleados luego de que decidiera cerrar su planta central en Vicente López y despedir a 205 trabajadores. Tras cuatro horas de reunión con representantes gremiales, la cartera laboral dispuso un espacio de diálogo por quince días y la suspensión de los despidos por ese plazo. No obstante, la empresa insiste en que con la eliminación del arancel de 35 por ciento al ingreso de importados es imposible competir y por lo tanto continuar con su actividad. Ahora la pelota la tiene el Ministerio de Producción y la Secretaría de Comercio. “Si hay un responsable en todo lo que está ocrurriendo es el Gobierno. Apelamos que en estos días tome conciencia de todos los puestos de trabajo que se están perdiendo y revierta la medida”, señaló a PáginaI12 el titular de la seccional Vicente López y secretario de Prensa a la UOM Nacional, Emiliano Gallo.

Los trabajadores pretenden la reincoporación de los despedidos y, en el peor de los casos, que se les pague el cien por ciento de la indemnización correspondiente. Desde la UOM, uno de los sindicatos involucrados junto con el de Comercio, consideraron que la ventana de diálogo que abre la conciliación obligatoria permitirá buscar alternativas a los despidos. No obstante, reconocen que la empresa ya redujo drásticamente su producción de cara al arribo de importados por la medida oficial. “Por lo pronto, el lunes los despedidos podrían reingresar a trabajar. Esto da oxígeno para revertir la situación. Pero si el gobierno no tiene sensibilidad para los puestos de trabajo que se pierden, va a ser muy difícil”, explicó Gallo al salir de la reunión. 

Esta semana le empresa oficializó vía telegrama el despidos de los 205 trabajadores, quienes denunciaron que les ofrecieron sólo 50 por ciento de indemnización. La mayoría de los empleados de esa fábrica son técnicos que promedian 25 años en la firma. La empresa justificó los despidos en la eliminación del arancel para los importados. “Esta medida hace inviable la producción local ante la imposibilidad de competir con productos provenientes de países con altos subsidios a la exportación, como es el caso de China”, cuestionó en un comunicado. Es la segunda víctima de la medida dispuesta por el gobierno, luego de BGH, que a principios de mes abrió retiros voluntarios. 

En la reunión, la empresa trató de analizar las posibilidades de pago de las indemnizaciones, pero desde el gremio se enfocaron en que no se pierdan los puestos. “Es un dolor inmenso que una empresa que empezó con 50 trabajadores y que ahora que tiene tres plantas y más de 700 empleados, esté despidiendo gente. No hay manera de competir con lo importado. Que el gobierno revierta la medida es la única posibilidad que tenemos”, insistió el representante de la UOM. Desde la empresa aseguraron en que si se revierte la medida o se reduce el arancel del 35 al 16 por ciento, podría continuar produciendo.