“Los sacaron vivos en un Ford Falcon Blanco”, reveló el ex sargento del Ejército José Alberto Almada, testigo clave de los asesinatos y desapariciones del copamiento del Regimiento de La Tablada, en referencia a Iván Ruiz y José Díaz, quienes, según la versión oficial, se habían fugado.

En el marco de las audiencias del juicio oral y público, a cargo del Tribunal Oral Federal 4 de San Martín, contra el ex general Alfredo Manuel Arrillaga por el homicidio de Díaz, uno de los cuatro desaparecidos del Movimiento Todos por Patria, Almada entregó un testimonio demoledor. En un diálogo posterior con el Diario del Juicio, dijo que los desaparecidos Ruiz Díaz -fugados, según la versión oficial- fueron sacados de La Tablada por militares de civil en un Ford Falcon blanco y reveló que el entonces sargento ayudante Ricardo Raúl Esquivel no murió por disparos de Ruiz y Díaz, sino como parte de su participación en el combate durante el intento de copamiento. Además, Almada denunció el encubrimiento deliberado de todos estos años y ratificó las amenazas recibidas por parte de la familia de Jorge Halperín, otro militar cuestionado por su actuación en la represión posterior a la toma. 

“No soy el único que vio. Soy el único que se animó a decir la verdad. Todo lo que se vio es patrimonio internacional. Incluso todos los medios internacionales vieron a esas personas que estaban doblegadas y rendidas y fueron dadas por desaparecidas por el Ejército Argentino”, sentenció Almada, que en 2004 denunció que vio cómo dos oficiales torturaron a Díaz y Ruiz luego de que se rindieran. “Cuando entré por el fondo del cuartel, a esas personas las estaban torturando. Concretamente, las tenían boca arriba debajo de una arboleda y las estaban torturando dos oficiales. Uno hacía como que era el bueno y el otro, el malo. Uno de los chicos, eso quedó en mi conciencia muy lastimada, pedía: ‘Señor, regáleme la vida’. Nunca me voy a olvidar de eso”, señaló sobre los hechos ocurridos en enero de 1989.

El ex sargento, cuyo testimonio es clave para explicar el comportamiento de Arrillaga durante la represión posterior a la toma del Regimiento de La Tablada, contó que Esquivel “nunca tuvo contacto con los desaparecidos, eso es un escenario armado”, desmintiendo la versión oficial que aseguraba que Díaz y Ruiz se habían fugado luego de asesinarlo.

Por otro lado, Almada reveló que recibió amenazas e insultos por parte de dos familiares de Halperín, el segundo de Arrillaga en aquella jornada. “A ustedes, los hijos de puta, que ahora son los militares arrepentidos, hay que cagarlos a tiros. Nosotros vamos a hacer mierda este tribunal, y a ustedes los vamos a cagar a tiros porque a ustedes les pagan para que hablen”, contó que le dijeron dos mujeres y un hombre cuando esperaba para dar su testimonio.

Por último, Almada detalló que el 9 de julio de 1989, durante el primer desfile del ex presidente Carlos Menem, se desempeñó como el operador de radio del puesto de comando del General Martín Balza y que allí vio a las organizaciones de derechos humanos con las fotos de Díaz y Ruiz. “A estos muchachos yo los había visto detenidos en La Tablada. Los carteles decían ‘Aparición con Vida de los desaparecidos de La Tablada’; entonces le digo: ‘Mi general, esto es falso, porque estas personas fueron capturadas con vida. Estaban conscientes, heridos, pero fueron sacados con un Ford Falcon blanco’”, describió, y completó: “Balza en ese momento me dijo: ‘Almada, usted tiene el pelo largo’. Y ahí empecé a sufrir una verdadera procesión dentro del Ejército y tengo la certeza de que el ideólogo del encubrimiento es el general Balza”.