El enviado especial de Estados Unidos a la coalición internacional que lucha contra el grupo Estado Islámico (EI), Brett McGurk, presentó su renuncia. La dimisión se produce pocos días después de que el presidente Donald Trump ordenara la retirada de sus tropas en Siria. Esto también fue la antesala de la salida del secretario de Defensa James Mattis. Según un funcionario del Departamento de Estado, la renuncia de McGurk se efectivizará el próximo 31 de diciembre. 

Días antes del sorpresivo anuncio de Trump respecto de su política militar, McGurk había declarado que la misión en Siria contra el EI no estaba cumplida. Una lectura que Trump insiste en desmentir: “cuando me convertí en presidente, el ISIS (EI) se estaba volviendo loco. Ahora, el ISIS está prácticamente derrotado y otros países locales, incluido Turquía debería poder encargarse de lo que falta.”, tuitió ayer Trump. En la misma red social pero minutos después celebró que las tropas de Estados Unidos estén volviendo a su casa. 

McGurk se desempeñó como el enviado de Estados Unidos a la coalición mundial para derrotar al Estado Islámico desde 2015. Además fue subsecretario de Estado adjunto para Irak e Irán, y trabajó bajo el mando del republicano George W. Bush como alto funcionario en Irak y Afganistán.

En un correo electrónico en el que anunciaba la dimisión a sus colegas y que fue obtenido por el diario The New York Times, McGurk dijo que recibió la decisión de Trump con mucha conmoción. “Dejo a nuestros socios de la coalición confundidos y a nuestros compañeros de combate desconcertados’’, dijo McGurk. “Trabajo esta semana para ayudar a manejar algunas de las consecuencias, pero, como muchos de ustedes escucharon en mis reuniones y llamadas telefónicas, finalmente llegué‚ a la conclusión de que no podía llevar a cabo estas nuevas instrucciones y mantener mi integridad”, expresó.

Las salidas de Mattis y ahora McGurk siguen a las del asesor de Seguridad Nacional H.R. McMaster y al jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly. Sin embargo, la vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, desestimó cualquier preocupación en la administración. “Al final del día, el pueblo estadounidense eligió a una persona para ser el comandante en jefe. Y al final del día, él toma la decisión”, agregó. “Para eso fue elegido,” cerró.