La Argentina fue el país de la región donde el salario mínimo perdió la mayor capacidad de compra en 2016. Así se desprende de un informe del observatorio de políticas públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav). Aceite de girasol, fideos, huevos, harina, carne, tomates, arroz, leche y pan fueron algunos de los productos de la canasta básica que registraron aumentos de precios el año pasado muy por encima de la actualización que recibieron los salarios. El documento apunta contra la estrategia ortodoxa del gobierno de Macri, que implicó un fuerte salto de los precios en el mercado interno por la devaluación, la quita de retenciones y el aumento de los combustibles y servicios públicos. “Hubo un cambio en el paradigma económico el año pasado que provocó una fuerte pérdida de poder adquisitivo para los sectores vulnerables de la población”, mencionaron.

El estudio de la Undav registró que un salario mínimo alcanzó para comprar 242 litros de aceite en 2016, cuando servía para comprar 517 litros en 2015, es decir una merma del poder de compra del 53 por ciento. En kilos de harina la reducción fue del 43 por ciento; en paquetes de fideos, del 25 por ciento; en kilos de carne picada, de 32 por ciento, y en litros del leche, de 37. Al tomar en cuenta 16 productos de consumo masivo para armar una canasta básica, el documento registró que un salario mínimo pudo comprar 11 por ciento menos en 2016 en relación con lo que lo hacía en 2015.

En algunos de los principales países de la región, a diferencia del resultado argentino, el salario mínimo ganó capacidad de compra en 2016. En Brasil, por caso, alcanzó para adquirir un 5 por ciento más de la canasta básica respecto de 2015, mientras que en Uruguay aumentó un 9 por ciento y en Bolivia, un 6. En Paraguay, en contraste, hubo una pérdida del 10 por ciento y en Perú, del 5.

“Los años de alto nivel de consumo masivo y avance del mercado interno registraron un cambio radical en 2016, período signado por una baja significativa de las ventas, el retroceso del salario real y el cierre de más de 5000 comercios”, indicó el documento. Agregó que “las causas que explican esta crisis se encuentran en el impacto de la política económica del gobierno de Mauricio Macri, con medidas que se justificaron apelando a un supuesto sinceramiento económico. La desregulación de los controles de cambio y la liberación del dólar fueron una de las políticas que más impactó en el mercado interno”. Las tensiones de precios, según Undav, se profundizaron con la quita de retenciones a las exportaciones de productos de trigo, maíz y soja. “La espiral inflacionaria continúa en aumento por el ajuste de combustibles y de los servicios públicos, costos que fueron trasladados a precios por los productores en la medida que las condiciones del mercado se lo permitieron”, detalló.

El documento detalló por qué algunos de los productos claves para el consumo de los sectores populares experimentaron remarcaciones tan fuertes en 2016. En el caso de la harina (y el pan) la quita de las retenciones jugó un rol central para que se incremente su precio en el mercado interno. “La harina pasó de tener un derecho de exportación del 13 por ciento a uno de cero. Esto habilitó sucesivos incrementos en los precios, sumado al poder de monopolio que concentran las empresas de molienda de granos. El alza en el precio de la harina, junto con elevadas tarifas tanto de gas como luz que afrontaron los productores de pan, explican parte del aumento”, detalló.

Para el aceite, el producto que más subió respecto del salario, las retenciones pasaron del 30 por ciento a cero, disparando su precio en el mercado interno. “Se borró un mecanismo efectivo para el control de los precios los precios de las mercaderías llamadas commodities y que se comercializan a gran escala en el exterior. Mediante la quita de impuestos a la exportación, los productores y comercializadores aceiteros pudieron fijar el precio local a los niveles internacionales”. El arroz y los fideos, otros productos transables, también registraron importantes remarcaciones por la decisión del Gobierno de devaluar al mismo tiempo de quitar retenciones. Fue la primera vez en la historia del país que se tomaron ambas medidas al mismo tiempo, impactando en mayor medida sobre los sectores postergados de la población.