Es miembro de la Iglesia metodista, pero también teóloga feminista. Por eso María de los Angeles Roberto redobla la apuesta y dice: “Desde una lectura de la teología feminista, en todo caso deberíamos decir ‘navidad es María’. Porque la que estuvo embarazada, migrando de Israel a Egipto porque fueron perseguidos, la que llevó en su vientre, parió, amamantó, cargó y todo fue María”. Pero enseguida aclara que, más allá de esa perspectiva particular suya sobre el rol de María, la habilitación de lo religioso en los espacios públicos no es un reclamo de todo el mundo evangélico. No todas las religiones cristianas, advierte, están representadas en Aciera (Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas), la entidad que pidió al gobierno porteño la publicación del mensaje religioso en la cartelería de la Ciudad. 

“Si vos ves ese mensaje en todos los carteles de la Ciudad de Buenos Aires, decís ‘la mayoría de los habitantes de Buenos Aires son muy cristianos. Y eso viene de la mano de otras cosas: si todos los habitantes de la Ciudad son cristianos, ninguno va a estar a favor del aborto legal, por ejemplo. Un mensaje como ‘Navidad es Jesús’ viene de la mano de ‘salvemos las dos vidas’, porque son el mismo universo de significantes. Pero en el evangelismo no son todos lo mismo”, advierte, en referencia a que Aciera no engloba a todas las iglesias. 

Existe, por ejemplo, la Federación de Iglesias Evangélicas –de la cual forma parte la iglesia metodista–, cuyo presidente, Néstor Míguez, expuso como amicus curiae ante la Corte Suprema en 2017, en el caso por la educación religiosa obligatoria en Salta para avalar el reclamo en contra de la ley que permitía esas clases. El mismo Míguez, hace algo más de diez días, dio a conocer una carta pública, en Salta, para reclamar al diputado Alfredo Olmedo por arrogarse la representación política en nombre del evangelismo. “Yo no soy quién para juzgar la fe de otros. Pero sí debo decirle que, como evangélico, sus declaraciones no me representan”, aseveró, tras criticar las declaraciones de Olmedo en aras de la mano dura, la justicia por mano propia y agresivas hacia la diversidad sexual. “Ser evangélico no es cuestión de moda o de marketing electoral”, decía también esa carta pública.

Para la teóloga Roberto marketing es también una palabra clave. “Dentro del mundo evangélico, protestante, el árbol de navidad es un elemento pagano, que no se vincula con cristianismo, igual que Papá Noel. El único elemento más o menos significativo dentro del cristianismo protestante podría llegar a ser el pesebre, pero si hilamos más fino con respecto a lo que decía Lutero o los primeros reformadores, ni siquiera el pesebre. La gente detrás de campañas como esta apela a eso: ‘no vamos a usar las imágenes tradicionales, vamos a buscar tres palabras, porque el mensaje siempre debe ser corto, para decir que representa la navidad. Es una idea de marketing. Aciera trabaja mucho con nociones de neuromarketing, estoy haciendo análisis de discursos de Aciera y se nota claramente eso y cómo, como las iglesas neo pentecostales y bautistas, están en la misma línea que los pentecostales de Brasil”, detalla. 

Se trata, insiste, “de marketing”. Por eso, mensajes como los que aparecieron en la cartelería pública porteña “es marketing para ellos”. “El objetivo es que la gente crea que toda la ciudad es cristiana, que nunca va a estar a favor de la legalización del aborto, de lo que ellos llaman ‘ideología de género’. Esas tres palabras del mensaje encierran mucho más que una definición de navidad”.

Desde mediados de año, luego de haber participado en las audiencias informativas de Diputados previas al debate en recinto de la legalización del aborto (algo que le valió amenazas, que llegó a denunciar en una fiscalía, e insultos como “bruja, hija de Satán”) y de haberse sorprendido por la cantidad de votos negativos que el proyecto cosechó en el Senado, Roberto comenzó un relevamiento. Quería saber quiénes eran “los actores políticos con los que nos enfrentamos el 8 de agosto, sin sospecharlo”, y entonces comenzó a tomar nota de qué enlazaba a las y los representantes políticos “con movimientos fuindamentalistas evangélicos”: quiénes son pastores o pastoras, quiénes operan en el Estado en esos cargos a favor de las agendas religiosas y en desmedro de la laicidad. En el relevamiento, todavía en proceso, hay senadores nacionales, como la senadora fueguina del PRO Miriam Boyadjian (“miembro de la Iglesia bautista ‘Hay vida en Jesús’ y descendiente de una de las fundadoras de esa institución, que ya tiene 60 años en Río Grande”), pero también representantes de otras jurisdicciones, como el recientemente renunciado concejal rosarino Eduardo Trasante, pastor pentecostal que fue denunciado por acoso sexual. Cada vez hay más representantes políticos que ingresan al espacio de la política pública con agendas religiosas “y hay gente que no ve cuál es el peligro”, advierte la teóloga. En cada provincia, añade, lleva encontrado al menos un caso, y muchas veces se trata de pastores de distintas iglesias evangélicas pero “todos alineados con Aciera. Todos vinculados con la ultra derecha, con el neoliberalismo. No es un dato menor lo de los fundamentalismos”.