Promediaba 1943 cuando el corresponsal en Estados Unidos del diario británico Daily Mail juntó a un grupo de colegas de la costa oeste para formar la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (APEH). La idea original era compartir material y contactos relacionados con una industria que por aquellos años empezaba a consolidarse como la principal usina creativa audiovisual de todo el mundo, pero apenas unos meses más tarde la entidad ya funcionaba a todo vapor y se daba el gusto de organizar su propia entrega de premios. Difícilmente imaginaban que hoy, 75 eneros después, los Globos de Oro –cuyas primeras estatuillas ni siquiera tenían forma de globo– serían el tercer evento del show business más visto del planeta, apenas por detrás del Oscar y el Grammy. La trascendencia volverá a comprobarse desde esta noche a las 22 (transmite TNT desde las 21), cuando la actriz Sandra Oh y el actor Andy Samberg suban al escenario del Hotel Beverly Hilton de Los Angeles para conducir la 76° entrega de los Globos de Oro.

La velada –usualmente más breve y entretenida, menos constreñida y seria que la del Oscar– tendrá un total de 25 ternas: 14 para cine y 11 –que se analizan en nota aparte– para televisión. La película más nominada es El vicepresidente. Película - Comedia o Musical, Director, Guión, Actor para Christian Bale, Actriz para Amy Adams y Actor de reparto para ese secundario infalible llamado Sam Rockwell, en su segunda gala consecutiva luego de haber ganado esta misma terna el año pasado por Tres anuncios por un crimen. Pero ojo, porque más nominaciones no implica necesariamente favoritismo. Ese mote, según afirman analistas y los principales sitios de apuestas, le pertenece a Nace una estrella.

Con un total de cinco, el drama musical protagonizado por una irreconocible Lady Gaga y el aquí también director Bradley Cooper comparte el segundo lugar del podio junto a La favorita, la comedia negra palaciega ambientada en el siglo XVIII y dirigida por el griego Yorgos Lanthimos, y Green Book: una amistad sin fronteras, de Peter Farrelly (¡el director de Tonto y retonto e Irene, yo y mi otro yo disputando premios en las grandes ligas¡), que sigue a un pianista negro que contrata a un rudo italoamericano para que sea su chofer y guardaespaldas durante una gira por el sur de los Estados Unidos en 1962. Un paso atrás, con cuatro, aparecen El infiltrado en el KKKlan, de Spike Lee, y El regreso de Mary Poppins, de Rob Marshall. Gane quien gane, es muy probable que varios de estos títulos vuelvan a cruzarse en los Oscar, cuyas nominaciones se conocerán el 23 de enero.

El vicepresidente es la nueva incursión del director de Adam McKay –reconocido por haber dirigido varias comedias fundamentales del siglo XXI como El reportero: La leyenda de Ron Burgundy, Hermanastros y Policías de repuesto– en el cine cómico-político luego de la reputada (y en su momento nominada) La gran apuesta. A estrenarse aquí el 24 de enero, esta biopic sobre Dick Cheney (Christian Bale), quien secundó a George W. Bush durante sus ocho años en la Casa Blanca, comparte el rubro Mejor Película - Comedia o Musical con La favorita, Green Book, El regreso de Mary Poppins y, la gran sorpresa de la temporada, Locamente millonarios. Una selección que de tan ecléctica suena a disparate, pero es la causa directa de una APEH empecinada en mantener la división cada año más inexplicable entre “Comedia o Musical” y “Drama”.

Esa subdivisión, sumada a un criterio cuanto menos curioso a la hora de encuadrar las películas bajo esos tópicos, genera rubros que orillan lo bochornoso, como por ejemplo éste: Pantera Negra (sí, la de Marvel), If Beale Street Could Talk (el nuevo trabajo de Barry Jenkins, el de Luz de Luna), El infiltrado del KKKlan, Bohemian Rhapsody y Nace una estrella disputando el Globo a Mejor Película... en Drama. Pero, ¿Bohemian... no era la de Freddie Mercury? ¿Y Nace una estrella, la enésima versión de la historia de la chica que canta bárbaro y aspira a triunfar en el mundo de la música? Vaya uno a saber qué llevó a los electores a ubicar a estas últimas en este apartado, pero lo cierto es que ellas disputarán uno de los dos premios más importantes de la noche.

Donde prima la sensatez de la unificación es en Dirección y Guión. En el primero estarán Bradley Cooper; el mencionado McKay; Spike Lee, quien regresa a esta terna luego de haber estado nominado en 1990 por Haz lo correcto; Peter Farrelly y Alfonso Cuarón por Roma. Y hablando de Roma...el film del creador de Y tu mamá también, quien ya triunfó como Mejor Director en 2014 por Gravedad, suena como otro de las serios candidatos para los Oscar. Que aquí no aparezca entre los diez de los rubros principales se debe a que en el Globo de Oro, a diferencia del premio de la Academia, se admiten solo películas habladas en inglés. La producción de Netflix deberá contentarse con una victoria casi segura en Película en idioma extranjero (la japonesa Somos una familia asoma como potencial tapada). Algo más peleado está el apartado Guión, en el que Roma competirá contra La favorita, If Beale Street Could Talk, Green Book y El vicepresidente.

La división vuelve para los rubros interpretativos principales (no así en los de reparto). En Actriz protagónica en Drama asoman dos pesos pesados como Nicole Kidman y Glenn Close. La australiana va por sexto Globo de Oro (sobre un total de 14 nominaciones) por su torturada detective en Destrucción, al tiempo que Close visitará por 16° vez –ganó dos por la serie Damages y la miniserie The Lion in Winter– el Beverly Hilton gracias a su trabajo en La esposa. Enfrente tendrán a Melissa McCarthy por Can You Ever Forgive Me?, Rosamund Pike por A Private War y, la gran favorita, Lady Gaga por Nace una estrella. Entre los hombres, quienes harán el intento de quitarle de las manos la estatuilla a Rami Malek por su mimética interpretación de Freddie Mercury en Bohemian Rhapsody son Bradley Cooper; Willem Dafoe por At Eternity’s Gate, en la que interpreta a Vincent Van Gogh en su etapa crepuscular; John David Washington por El infiltrado en el KKKlan y Lucas Hedges por Boy Erased.

La noticia en Mejor Actriz de Comedia o Musical es que no está Meryl Streep. La dama de las mil nominaciones (31, en realidad) se toma un año sabático aun cuando es parte del elenco de El regreso de Mary Poppins. Sí está la protagonista del film, Emily Blunt, quien comparte el quinteto con Olivia Colman por La favorita, Charlize Theron por Tully y dos primerizas en materia de premiaciones como la jovencita Elsie Fisher (14 años al momento del rodaje) por Eighth Grade y Constance Wu por Locamente millonarios. Por su parte, el favoritismo en Mejor Actor recae en Christian Bale. Un favoritismo fundado en la histórica predilección de los electores por las interpretaciones que implican grandes transformaciones y sacrificios físicos: se dice que para lucir igualito a Cheney el ex Batman engordó 20 kilos, se afeitó la cabeza, se aclaró las cejas y hasta ejercitó para ensanchar su cuello. Quien más chances cuenta para arrebatarle la estatuilla es Robert Redford por The Old Man & the Gun. Sería su segundo Globo de Oro (sin contar el honorario que se llevó en...1994), exactamente 53 años después de haberlo ganado gracias a un rubro que ya no existe: Nueva Estrella del Año. Desde atrás corren Lin-Manuel Miranda por El regreso de Mary Poppins, Viggo Mortensen por Green Book y John C. Reilly por Stan & Ollie.

En materia de reparto masculino, vale destacar a Sam Rockwell, quien gracias a su rol en El vicepresidente asistirá por segundo año consecutivo a la gala. En 2018 se volvió con el Globo a casa por su trabajo Tres anuncios por un crimen, y para repetir deberá imponerse a Mahershala Ali por Green Book, Adam Driver por El infiltrado en el KKKlan, Richard Grant por Can You Ever Forgive Me? y Timothée Chalamet por Beautiful Boy: siempre serás mi hijo. La terna femenina tiene dos favoritas. Una es Amy Adams, que consiguió su octava nominación en apenas una década gracias a El vicepresidente. La octava, y también la novena, pues irá por un doblete con el rubro Mejor Actriz en Miniserie o Película de TV por Sharp Objects. La otra que cuenta con buenas posibilidades es Emma Stone, en su tercera nominación consecutiva y la quinta en cinco años. En esta ocasión lo está por La favorita, lo mismo que su compañera de elenco Rachel Weisz. Completan Regina King por If Beale Street Could Talk y Claire Foy por El primer hombre en la Luna, única nominación para el último film de Damien Chazelle, aquel niño prodigio que rompió todos los records con La La Land. Records que podrá seguir rompiendo más adelante, porque el Globo de Oro siempre da revancha.