El presidente estadounidense, Donald Trump, dio ayer un giro a su estrategia a favor del muro al anunciar un mensaje televisado a la nación y una visita a la frontera con México, en la tercera semana de un cierre administrativo sin visos de solución.

Trump buscará sumar apoyos en la opinión pública al abordar en una alocución que se transmitirá hoy a las 21 (23 de Argentina) la “crisis” que vive el país en la frontera sur, a la que llegará dos días después para reunirse con las autoridades en la zona.

Los efectos del cierre parcial del gobierno de Estados Unidos son numerosos y pareciera no haber una solución a la vista. Parques nacionales sin personal, largas filas en los aeropuertos y problemas en los centros de asistencia para las personas más pobres son solo algunos de ellos. 

El llamado “shutdown” llevaba ayer ya 17 días por el rechazo de los demócratas en el Congreso de aprobar la partida de 5000 millones de dólares para la construcción del muro en el límite con México que insistentemente exige el magnate neoyorquino. 

A diferencia de los “shutdown” anteriores, algunos parques nacionales han permanecido abiertos incluso sin guardaparques que garanticen la seguridad.

La entrada a dichos sitios, ahora gratuita, no está exenta de riesgos para los visitantes. Al menos siete personas han muerto en accidentes desde el 22 de diciembre, según el informe de los medios. Para pagar a los empleados de los lugares más visitados, el Servicio Nacional de Parques ha decidido utilizar el presupuesto de las tarifas de las entradas, generalmente reservado para financiar la infraestructura. La basura, además, se está acumulando alrededor de los cestos de residuos en los parques nacionales que carecen de empleados federales. Tras el cierre, éstos fueron considerados no esenciales y dejaron de recibir sueldo. En algunos casos, han sido reemplazados por voluntarios.

Los famosos museos Smithsonian y el Zoológico Nacional en Washington se cerraron al público el 2 de enero debido a la falta de fondos, aunque algunos empleados todavía están alimentando a los animales.

En los aeropuertos también se ven las consecuencias. El cierre está afectando las operaciones de seguridad en los aeropuertos, donde los empleados de la Administración de Seguridad en el Transporte han sido considerados como esenciales, pero un número cada vez mayor de personas se están ausentando por enfermedad, ya que en la actualidad no están recibiendo salarios.

Los tribunales encargados de tratar casos de inmigración, que ya tienen más de un millón de casos pendientes, se vieron también impactados por el cierre. Mientras que 400 jueces especializados continúan revisando los archivos de los migrantes detenidos, todas las demás audiencias fueron suspendidas y los funcionarios judiciales no están trabajando.

Las personas más pobres son víctimas colaterales del cierre, que afecta al Departamento de Vivienda y Desarrollo (HUD, por sus siglas en inglés), la agencia responsable de la vivienda pública. HUD ha pedido a 1500 propietarios que utilicen sus cuentas de reserva y que no desalojen a los inquilinos que no puedan pagar el alquiler.