Juan Manuel Martínez Chas, abogado de la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de Argentina (Fempinra), que conduce Juan Carlos Schmid, asegura que ninguna de las medidas de la reforma laboral que impulsa el Gobierno creará empleo ni permitirá defender los puestos de trabajo existentes. “Es más de lo mismo, y poco creativo. No hay una política laboral donde la preservación del empleo sea considerada más importante, y mucho menos proactiva para la creación de empleo. El gobierno las presenta dando por supuesto que la caída del empleo se va a arreglar cercenando derechos, cuando en definitiva el problema es la economía, el proceso de desindustrialización terrible, la falta de mercado interno.” 

Para Martínez de Chas, “estamos en una lógica de un ajuste tras otro que nunca alcanza, y nunca va a alcanzar: hoy dicen que hay que bajar las indemnizaciones, y en dos años, cuando se vea que no funciona, irán por otro instituto del derecho de los trabajadores. Son ideas poco creativas y de las que, además, tenemos pruebas de que no funcionan”. 

“La reducción de la jornada laboral en las empresas en crisis se da de hecho, porque lo primero que hace una empresa en crisis es eliminar las horas extra, liberar turnos, suspender a trabajadores aplicando el artículo 223 de la Ley de Contrato de Trabajo, que permite pagar un 75 por ciento de los salarios, sin aportes; muchas veces esto se acuerda con los sindicatos como un mecanismo para atravesar el mal momento sin llegar a despidos. Por eso, lo que se está presentando ahora (a través de los grandes medios) parece una reducción de la jornada laboral al estilo Francia, que no tendería a generar más empleo. Es una medida absolutamente defensiva y que ya está prevista en la Ley de Contrato de Trabajo. Me parece que el problema de las Pymes, por ejemplo, es este modelo económico donde no tienen lugar. ¿Cuánto arreglaría y cuánto se puede sostener trabajar menos cantidad de horas?

–¿Cómo impactan en la realidad estas propuestas? 

–Hay varias negociaciones colectivas que están paradas porque los empleadores, avalados por la Secretaría de Trabajo, intentan modificar condiciones de productividad que son logros económicos de los trabajadores, como la modificación de horas extra o de la antigüedad. No se trata sólo de defender los salarios: en la actividad marítima, por ejemplo, te dicen ‘te damos 35, 40 o 45 por ciento de mejora salarial pero tienen que modificar este artículo’, y apuntan contra algún punto del convenio colectivo conquistado, un logro con contenido económico. Una vez que cercenás un artículo de un convenio, es muy difícil que puedas recuperarlo en poco tiempo. El salario, en cambio, y el proceso inflacionario lo ha demostrado, permite reabrir la paritaria hasta tres o cuatro veces en el año por su recuperación.

–El ex ministro de Trabajo Jorge Triaca postuló un esquema parecido en su gestión.

–El Gobierno quiere hacer una reforma laboral que no tiene que ver con la introducción de las nuevas tecnologías, sino simplemente con bajar el costo salarial. Y en cuanto a la baja de las contribuciones patronales, lo único que va a hacer es seguir desfinanciando la seguridad social. Se trata, finalmente, de quién paga el ajuste. Para ser una propuesta seria, requeriría estar enmarcada en un proyecto de desarrollo nacional que este Gobierno no está condiciones de mostrar.