"Con un solo donante, se pueden salvar entre siete y ocho vidas. Lo que busca la ley Justina es que las personas estén informadas sobre la donación de órganos". Así lo indicó a este diario el titular del Cudaio Santa Fe, Martín Cuestas. Con la nueva normativa, reglamentada el lunes, cambió el régimen de donaciones. Se trata de la Ley de Trasplante de Organos aprobada en 2018, que indica que es donante toda persona mayor de 18 años que no haya dejado una constancia contraria. Además, los familiares del fallecido ya no serán los encargados de autorizar la donación. En Santa Fe, en 2018 se logró mantener la cifra de 77 donantes y hubo una baja en la lista de espera, que alcanza a más de 500 santafesinos y santafesinas. "Siempre se corre detrás, pero hay avances", destacó el funcionario.

A partir de la reglamentación de la ley, una vez que se produce el fallecimiento de una persona mayor de 18 años, se controla en los organismos oficiales si hay una manifestación contraria para tomarlo como donante; luego la familia recibe una comunicación.

Entre las ventajas, el funcionario destacó que hay obligatoriedad de informarse, de capacitar a los profesionales que participan en el proceso; y hasta a los jueces que tienen que expedirse con menos contratiempos en causas que estén judicializadas. También se favorece la prioridad del traslado aéreo y terrestre de órganos, entre otras cuestiones que apuntan a mejorar el beneficio al receptor. "Los procesos serán más efectivos, porque los tiempos son fundamentales en la viabilidad de los órganos", saludó Cuestas.

En tanto, el funcionario aclaró que la ley "no es una imposición, no te obliga a ser donante, sino a informarte para tomar una decisión. Cada uno podrá decidir, teniendo en cuenta que tenemos tres veces más posibilidades  de necesitar un trasplante que de ser donantes. Entonces sí o sí debemos involucrarnos en este tema, porque mientras más donantes haya, más posibilidades tendremos nosotros mismos y nuestros familiares", dijo. Las manifestaciones contrarias podrán hacerse tanto en la web u oficinas del Incucai, como en el Cudaio, en el Registro Nacional de las Personas y otros lugares en los que antes se manifestaba la decisión de ser donante. "Es lógico que haya dudas, porque hay desconocimiento. Pero tenemos que involucrarnos", agregó el funcionario.

En la provincia, 2018 cerró con cifras alentadoras en la materia, aunque Cuestas aseguró que "hay que seguir trabajando". El Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio) de Santa Fe logró sostener el récord en la cantidad de donantes que se registró en 2017, con 77 personas que donaron de órganos, una cifra que implica 48% más que la cantidad de casos de 2016 (52 donantes). "La cantidad de donaciones que se generan con un solo donante es mayor, porque con uno solo se pueden llegar a salvar entre 7 y 8 vidas", saludó. Otro dato que se plasmará en un informe detallado en los próximos días tiene que ver con una pequeña merma en la lista de pacientes en espera por un órgano. "Aunque es leve, el dato es muy positivo, porque es nuestra misión, aunque es imposible que sea cero. Hace poco se hizo un informe que decía que en Argentina se hace un trasplante cada 8 horas; pero, cada 6 ingresa un paciente a lista de espera por un órgano: entonces siempre íbamos corriendo de atrás. Que la lista no aumente, ya es un logro", aseguró.

Justina. La Ley Nacional de Trasplante de Órganos fue reglamentada y quedó publicada ayer en el Boletín Oficial. Se la conoce como "ley Justina" por la niña de 12 años que murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón. La norma aprobada en 2018, regula las actividades vinculadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células de origen humano en todo el país. El Incucai será la autoridad de aplicación, por lo que deberá llevar un registro actualizado de los establecimientos habilitados por las Autoridades Sanitarias Locales.