El piloto argentino Nicolás Cavigliasso se coronó ayer campeón del rally Dakar en la categoría cuatriciclos, al concluir la décima y última etapa de 359 kilómetros, disputada entre las localidades peruanas de Pisco y Lima. 

Cavigliasso emuló de esta manera a los hermanos Alejandro y Marcos Patronelli, campeones del Dakar en ediciones anteriores. El argentino fue escoltado en la clasificación general por otros dos compatriotas: Jeremías González Ferioli y Gustavo Gallego, que llegaron en segundo y tercer lugar. Cavigliasso completó el Rally más difícil del planeta con un tiempo de 43 horas, un minuto y 54 segundos, mientras que González Ferioli finalizó la competencia a casi dos horas de diferencia. Tras llegar en el último especial, el cordobés y nuevo campeón del Dakar en los quads dialogó en exclusiva con el canal Fox Sports y señaló que “poder ganar esta increíble carrera es mucho mérito, por toda la garra que se puso”. Además, indicó que “uno vive un momento soñado”. “Ya tenía la carrera bastante definida, tenía que perder mucho tiempo. Venía cuidando un montón”, agregó.

En autos, el catarí Nasser Al Attiyah (Toyota) se proclamó campeón por tercera vez en su carrera, por delante del español Joan Roma (Mini) y del francés Sébastien Loeb, que terminaron en segundo y tercer lugar. Al Attiyah hizo un rally excelente en el que lideró la carrera de principio a fin, a excepción del segundo día, y en el que completó los más de cinco mil kilómetros de recorrido de este Dakar sin ningún percance serio, al contrario que sus rivales, que fueron eliminándose por el camino.

En tanto, el australiano Toby Price (KTM), que ganó su segundo Dakar en motos, aseguró que la alegría de su triunfo es más fuerte que el dolor que ha enfrentado durante todo el rally, donde prácticamente ha pilotado con una sola mano, ya que la otra la llevaba lesionada desde antes de iniciar la carrera. “La muñeca me duele como si cinco personas me clavaran un cuchillo simultáneamente. No es nada agradable, pero al final, con la victoria, seguro que se me va el dolor. La alegría es más fuerte que el dolor”, comentó Price. El australiano, que ya había ganado el Dakar anteriormente en 2016, afirmó que todavía no cree que haya podido ganar nuevamente el rally más duro del mundo, con únicamente una etapa ganada, que además fue la última, disputada ayer en Pisco (Perú) con 112 kilómetros cronometrados.

Price debía defender en esta etapa una ventaja de un minuto y dos segundos sobre el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), pero este sufrió una caída que le quitó las opciones de poder arrebatar la victoria al australiano. “Este Dakar ha sido de locos. Es una locura pensar que hemos ganado el Dakar, sin ninguna victoria de etapa hasta hoy (ayer). Estoy que no me lo creo”, aseveró Price. “Han sido diez días muy largos. El dolor y la tortura de la muñeca han merecido la pena. Pensaba que solo podría hacer dos etapas y luego tendría que dejar el rally, pero he recibido mucho apoyo de Australia y no me he rendido”, continuó.

La victoria de Price es la decimoctava consecutiva de la marca austríaca KTM en el Dakar, que en esta ocasión ha copado el podio de la categoría de motos, con el austríaco Matthias Walkner en segundo lugar y el británico Sam Sunderland en tercera posición.

Por su parte, Francisco López se adjudicó el título en la categoría Sid by Side, una verdadera revancha para el chileno luego de una ausencia de cinco años en la competencia. “Hicimos un muy buen trabajo. Fue una semana que partimos bien, después, en un minuto parecía todo completamente perdido y, finalmente, estamos muy contentos de haber vuelto al Dakar de la mejor manera”, precisó. En esa misma línea, López dedicó su victoria “a todo Chile y a la familia. Tuvimos una buena carrera, una muy buena navegación, la experiencia en motos me hizo disfrutarlo, tener muy buenas líneas, saltar las dunas, la verdad lo hemos disfrutado, que es lo más importante”.

El Dakar 2019 fue la primera edición del rally que se disputó de principio a fin en un único país, con diez etapas sobre el desierto peruano y un recorrido de más de cinco mil kilómetros, de los que casi tres mil eran cronometrados.