Los profesionales del Malbrán que dialogaron con este diario sostuvieron que la Secretaría de Salud, además de desentenderse del brote de hantavirus, tuvo una “pésima estrategia comunicacional” que creó un clima social que dejó a una provincia atada a sus recursos y bajo la presión del sector turístico, a una población, Epuyén, semi aislada y en psicosis con los roedores. 

“Cuando estudias contención de brotes uno de los puntos es cómo informar:  entre las medidas que tenés que tomar está convocar al periodismo, contarles bien la realidad y con ellos resolver qué información se comparte y cuál, por ser susceptible, se manejará de a poco. Lo tenés que involucrar para contener a la sociedad. Acá se le cerró la puerta. Cuando ves la ocurrencia de los casos, las primeras nueve personas estaban sentadas en la misma mesa. La gente de zoonosis estaba segura de que era contagio interhumano, aunque haya que descartar la ambiental que es la más común. Pero no se supo manejar la situación, y se lo hizo tarde”, contó uno de los especialistas, quien detalló que “hay un área especial de hanta en el Malbrán y no los dejan hablar”. El científico recordó que los primeros casos se dieron en noviembre, y que la secretaría de Salud convocó a una mesa de “contención” después de un mes. “Ahí se le dijo que había que volver al terreno, poner más trampas, se advirtió del genotipo que permite contagio interhumano y se le remarcó que saque el alerta diciendo que no se vaya al lugar. Recién publicaron el alerta cuando la noticia salió en los medios. Esto generó un caos social, con información cruzada. La secretaría actuó mal y tarde”.