Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Washington y en casi 300 ciudades de EE.UU. en la llamada Marcha de Mujeres para protestar contra las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump, y “para estar en el lado correcto de la historia”, como afirmó una participante.

“La situación está empeorando en el país y tenemos un presidente que desprecia a la gente y se burla de ella. Hemos venido a esta marcha porque queremos estar en el lado correcto de la historia”, dijo una de las participantes en la protesta, Whitney James, de 34 años. James había viajado junto a su madre, Karen, de 60 años, desde Michigan para tomar parte en la protesta en la capital, donde se dieron cita manifestantes, en su mayoría mujeres, de todas las edades y de distintas razas, además de algún que otro hombre.

La marcha se desarrolló en un ambiente festivo, a la vez que reivindicativo, en pleno corazón de Washington, donde se extendió por la plaza Freedom (libertad), donde la organización montó un escenario, y a lo largo de la avenida Pensilvania, que conecta la Casa Blanca con el Capitolio, y otras calles aledañas.

Esta era la primera vez que Whitney y Karen James asistían a la manifestación, que cumple su tercera edición desde 2017. “Participo por mis sobrinas y por los derechos de las mujeres”, indicó Whitney, mientras que su madre apostilló de inmediato: “Cada vez todo está más loco, necesitamos un cambio, un nuevo líder, un nuevo Gobierno, una remodelación total del Ejecutivo”, reflexionó.

Muchas de las participantes llevaban gorros de lana de color rosa, que les ayudaron también a protegerse del frío que reinaba en las calles de la capital. Las manifestantes portaban carteles con mensajes de lo más variado, como “Cuida de tu propio útero”, “Exigimos igualdad para todos” y “Sin Hermione, Harry (Potter) hubiera muerto en el libro 1”, entre otros.

En mitad de la plaza Freedom, la estudiante Serena Dimas, de 21 años, se hacía fotos con otras manifestantes con el cartel “Chingona como mi madre”.

“He venido para dar voz a mi familia, es decir, a los latinos y a todas las mujeres marginadas que han permanecido en silencio durante décadas y siglos –explicó–. Estoy aquí para contribuir a lograr un cambio y la igualdad”.

Dimas, residente en Los Angeles, visitaba Washington junto a su amiga María, al igual que ella estadounidense de origen mexicano, que repetía por segundo año. “La otra vez fui a la (marcha) de Los Angeles, siento que hay más gente aquí y que hay más mujeres enfadadas y muchas acompañadas de niñas pequeñas, y también veo a muchos hombres, aunque me gustaría ver a más”, apuntó.

De hecho no muy lejos de allí caminaba con un cartel de protesta contra Trump y junto a su novia, Nick, un afroamericano de 21 años de Carolina del Norte, que opinó en declaraciones a EFE que “los hombres cada vez son más conscientes de que hay que tratar a las mujeres por igual y no tratarlas como un objeto”.Washington no es el único lugar de EE.UU. que acoge hoy esta manifestación, ya que también se están desarrollando en otros lugares como Nueva York o Los Angeles.

En el caso de Nueva York, la protesta se escindió en dos manifestaciones rivales tras un choque entre las líderes del movimiento por las acusaciones de antisemitismo contra algunas dirigentes del movimiento nacional, lo que ha llevado al distanciamiento de organizaciones judías y otros grupos.

Sea como fuere, la jornada de hoy supone un contrapunto a la protesta de ayer en Washington, donde organizaciones antiabortistas se dieron cita para recalcar que “toda la vida tiene sentido”, apoyadas por Trump y el vicepresidente, Mike Pence.

La primera Marcha de Mujeres se celebró un día después de que el 20 de enero de 2017 Trump fuera investido presidente. Este año la protesta viene marcada por el protagonismo del movimiento #MeToo y las legislativas de noviembre pasado en las que ellas tuvieron el protagonismo obteniendo 131 escaños del Congreso.