Rafal Nadal (número 2 del ranking) disputará el domingo su quinta final del Abierto de Australia, en busca de su segundo título en Melbourne, tras arrollar en la madrugada de ayer por 6-2, 6-4 y 6-0 al joven griego Stefanos Tsitsipas (15), mientras que la japonesa Naomi Osaka y la checa Petra Kvitova lograron su pase a la final femenina que se disputará mañana. 

El español, de 32 años, que logró su único título en Melbourne hace diez años, se medirá en la final del domingo al número uno mundial, el serbio Novak Djokovic o al francés Lucas Pouille (31), que se enfrentaban en la noche del viernes australiano (madrugada de la Argentina). 

Si gana, el español obtendrá su 18º título de Grand Slam y se convertirá en el primer jugador de la era Open en lograr al menos dos veces cada uno de los cuatro torneos mayores. “He hecho un gran partido, he jugado bien todos los días, tras varios meses sin competición”, afirmó el mallorquín. “Era difícil para mí comenzar la temporada así, estar donde estoy ahora, cuando hace unas semanas tuve que tomar la difícil decisión de no jugar en Brisbane”, recordó.

El campeón español hizo en el Abierto de Australia su regreso a la competición tras poco más de cuatro meses fuera del circuito, tras su abandono en semifinales del US Open a principios de septiembre, por un problema en la rodilla derecha. Y no ha dejado escapar ningún set para alcanzar su quinta final del Open de Australia, su vigesimoquinta de Grand Slam, lo que no le había ocurrido nunca en Melbourne.

En semifinales no tuvo ningún problema ante Tsitsipas, ganando incluso los nueve últimos juegos del partido. Y el joven griego, de 20 años, que había derrotado en octavos de final al suizo Roger Federer, ganador de las dos últimas ediciones del Abierto de Australia, tuvo que esperar hasta el último juego del partido para obtener su única bola de break, que no consiguió hacer realidad. Sin embargo, Tsitsipas se llevó un premio consuelo al convertirse en el en el primer tenista griego en alcanzar semifinales de un Grand Slam.

La final femenina opondrá a la japonesa Naomi Osaka y a la checa Petra Kvitova, tras ganar este jueves sus respectivos partidos de semifinales, con dos objetivos en juego en el partido entre ambas el sábado, el trofeo y el trono de número uno mundial.

Con una temperatura que superó los 40 grados al final de la tarde, por primera vez en la quincena australiana el techo de la Rod Laver Arena fue cerrado para proteger a las jugadoras del calor.

Una decisión que puso a Osaka (4) “un poco triste”. “Me gusta el calor, y cuando el techo está abierto, me dije: me toca a mí brillar”, lanzó la joven japonesa. Incluso con el techo cerrado, Osaka brilló, ganando por 6-2, 4-6, 6-4 a la checa Karolina Pliskova (8), que había derrotado a Serena Williams tras haber superado cuatro bolas de partido en la ronda precedente.

En la final, Osaka se medirá el sábado a Kvitova. La zurda checa (6) puso fin, con una victoria por 7-6 (2) y 6-0, a la bella aventura de la estadounidense Danielle Collins (35), invitada sorpresa de semifinales en su primer Open de Australia. A sus 28 años, dos años después de una agresión con un cuchillo sufrida en su domicilio en un robo, que había amenazado seriamente su carrera, Kvitova jugará su tercera final de Grand Slam, tras ganar las dos primeras, ambas en Wimbledon, en 2011 y en 2014.