El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se diferenció de los gobiernos de la región que siguieron la decisión del estadounidense Donald Trump –incluido Mauricio Macri en la Argentina– de reconocer al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Obrador, en cambio, ratificó su postura de reconocer a Nicolás Maduro como el jefe de Estado legítimo y explicó que esa decisión se basa en lo que establece la Constitución de México. El gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez se sumó a la postura de su par mexicano y entre ambos divulgaron ayer una declaración conjunta exigiendo una solución pacífica.  

“No queremos pleito, queremos llevar una relación de amistad con todos los pueblos y todos los gobiernos del mundo”, enfatizó Obrador en su tradicional conferencia de prensa matutina. La política exterior mexicana, prosiguió el mandatario, estará regida por cuatro principios establecidos en la Constitución: no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y respeto a los derechos humanos. “No es que estemos a favor o en contra, estamos por el cumplimiento de los principios constitucionales”, concluyó.

Minutos antes, el canciller Marcelo Ebrard había reiterado que el Gobierno mexicano reconoce al presidente Maduro y confirmó que México no romperá su relación diplomática con Caracas. “Nosotros tenemos relaciones diplomáticas con Venezuela (a nivel de encargado de negocios) que tiene un gobierno constituido y no vamos en este momento a proceder a romper relaciones o a desconocer a ese gobierno”, dijo Ebrard.

La cancillería mexicana ratificó desde el miércoles en un comunicado su reconocimiento al gobierno de Maduro y llamó a una solución a la crisis política en ese país luego de que el líder de la opositora Asamblea Nacional se autoproclamara presidente interino. “Nosotros no estamos buscando otra cosa más que poder avanzar hacia el diálogo y la paz”, añadió ayer el canciller mexicano. La autoproclamación de Guaidó desató una avalancha de reacciones, muchas de ellas para darle su respaldo como lo hicieron casi de manera inmediata Estados Unidos, Brasil, Argentina y Colombia, entre otros. 

México evitó firmar una declaración del Grupo de Lima a inicios de año que pedía a Maduro no asumir un nuevo mandato el pasado 10 de enero. Ese grupo está integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía, además de México. El pasado 1 de diciembre, cuando López Obrador asumió el poder, Maduro asistió a una comida para celebrar la investidura de mandatario mexicano en medio de expresiones de hostilidad de legisladores conservadores.

Desde el sur del continente, el presidente de Uruguay Tabaré Vázquez hizo explícito su apoyo a Maduro no bien tomó estado público la autoproclamación de Guaidó. En una declaración junto a su par mexicano, Vázquez llamó a dialogar a todas las partes involucradas en el conflicto en un intento de reducir las tensiones en el país caribeño. Asimismo, en el texto señala que ambos países proponen un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos. “Los Gobiernos uruguayo y mexicano, en sintonía con las declaraciones de la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea, así como de los Gobiernos de España y Portugal, manifiestan su completo apoyo, compromiso y disposición para trabajar conjuntamente en favor de la estabilidad, el bienestar y la paz del pueblo venezolano”, concluye. 

Maduro recibió además el respaldo de su par de Bolivia, Evo Morales, del líder de Podemos, Pablo Iglesias, de Nicaragua y del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, entre otros.