A los defensores de las “dos vidas” en general y a los jujeños en particular.

Sería bueno que este caso los hiciera reflexionar.  Me refiero a los avatares de la niña de doce años que fue violada y quedó embarazada de esa violación.

De esas dos vidas, una fue asesinada y a la otra, quedó mocha de por vida.

Digo asesinada porque se hicieron intervenciones iatrogénicas sobre ese embarazo que tenía que ser interrumpido, postergaron la fecha en la que se podía realizar el aborto legal, seguro  y gratuito como dice “la ley” por tratarse de una menor violada. La trasladaron para que el embarazo avanzara e hicieron prácticas para que el feto creciera anticipadamente como para poder hacerlo nacer en forma prematura mediante una cesárea quirúrgica.

El resultado de estas intervenciones fue que la beba murió y muy probablemente por estas intervenciones. Fue un embarazo obligado desde todo punto de vista, por lo cual no era un bebé destinado a vivir. Y si por esa fuerza que tienen los recién nacidos llegaba a vivir, estaba destinado a ser usurpado por lo que el gobernador Morales llamó “una buena familia”. 

¿Qué autoridad moral tiene el gobernador para decidir qué es una buena familia con todas las trasgresiones a la ley que él viene haciendo?

¿Y qué autoridad legal tiene para entregar una criatura sin que pase, en todo caso, por el proceso de adopción?

Hace poco vimos en la película Roma, de Cuaron, cómo una de las muchachas de una familia “bien” queda embarazada en una de sus noches libres del amigo del novio de su compañera.

Cuando lo busca para informarle lo encuentra en un campo de entrenamiento de un grupo parapolicial. Al ser anoticiado de su paternidad, se desentiende dejándola plantada en una escena de infinita soledad.

Cuando va a comprar la cuna, acompañada por la abuela de la familia que va a alojarla, lo ve pistola en mano matando estudiantes en una revuelta. La bebé nace muerta y ella puede expresar que no la quería tener. Podemos pensar que en esa criatura iba a estar la presencia del asesino que la embarazó.  Este pensamiento lo podemos trasladar a un hijo producto de un violador. No digo producto de una “violación” porque es sustraer al “sujeto violador”.

¿En qué la repara a una jovencita que está comenzando su vida sexual de la forma más dramática que se puede comenzar que el sujeto vaya preso? Por supuesto que debe ir, pero esto no le quita esta iniciación traumática por demás.

De ninguna manera es lo mismo un aborto de lo que todavía no es un feto, posible bebé, a obligarla a parir. Más allá de las marcas del cuerpo, el tajo de la cesárea y un posible daño uterino por ser una práctica compulsiva, están las marcas psíquicas de haber parido un hijo y perderlo, ya sea por tenerlo que entregar o por muerte como en este caso.

El neoliberalismo como forma actual del capitalismo globalizado produce un “para todos igual” borrando marcas culturales. Los ritos de iniciación eran una forma de pasaje de la niñez a la adultez en las culturas que llamaron “salvajes”. Era la forma que tenían los adultos de transmitir sus prácticas a los que comenzaban a ser sus pares.

Con la mModernidad, a los jóvenes se les dio un tiempo más prolongado para entrar en las obligaciones de la adultez. Se le llamó la adolescencia. Era un tiempo de formación mediante estudios o aprendizaje de oficios. En ambas situaciones, la iniciación se daba en el plano sexual. Todavía, en algunos casos, se acostumbra  la fiesta de los 15 en el caso de las jóvenes. Años atrás era el permiso para usar ropa de mujer y la aceptación de su sexualidad. También estaba el viaje de fin de curso al terminar la secundaria. Caracterizado por sus desbordes. En ellos se daba la iniciación entre pares.

Mencioné cómo la cultura tanto de pueblos primitivos como en las clases medias modernas se daba lugar a la iniciación sexual como un hito importante de la vida. 

En las clases bajas se dan otras características y en todas, se dan casos de abuso intra y extra familiares.

Aunque no es el tema la iniciación sexual, lo es cuando casos como este nos hace preguntarnos: ¿qué iniciación sexual tuvo esta niña violada por un hombre de 60 años?

¿Y cuando además recibe esta respuesta de parte de un entorno que debería haberla cuidado?

Hasta la madre fue desoída porque era la oportunidad de quedarse con un bebé sin pagarlo.

La gente poderosa que está acostumbrada a comprar bebés cuando no pueden tenerlos debe pensar que la parturienta los entrega cual si fueran objetos como los simbolizan ellos al comprarlos. Puede llegar a ser que alguna mujer entregue un hijo bajo esa condición, pero no todas y menos una niña violada y que no eligió quedar embarazada. ¿Podemos pensar que esta niña puede quedar fijada a un duelo patológico que no le permita tener relaciones o tener hijos o quedar con un punto melancólico de por vida por esa pérdida y quién se hace responsable?

Parece que estas cosas no las puede pensar ni el gobernador Morales cuando suelto de cuerpo propone la entrega del bebé. Ojala que ahora que esa criatura es un muerto le haga algún obstáculo en su pensamiento y en aquellos que tanto proclaman la defensa de las “dos vidas”.

* Psicoanalista.