El pueblo argentino camina cabizbajo y agotado, en la difícil búsqueda de un futuro mejor. La seguidilla de promesas incumplidas, incapacidad manifiesta e inescrupulosidad perversa del gobierno de Macri han dejado como saldo cuatro años “marcha atrás”. Y el cuerpo lo siente. Así hemos pasado del “sí se puede” al país de “así no podemos más”. Un fantasma acecha al macrismo, como si fuese un hashtag a los que es tan afecto: #EstamosPeor.

Macri camina, entre otros problemas, con una pequeña piedra en el zapato desde el inicio de su gobierno: su jardín prohibido, Tucumán. La provincia se ha vuelto una obsesión para el Presidente. En tres años y cuatro meses la ha visitado muchas veces, desplegando toda su artillería real y virtual. No obstante desde 2015 ha sufrido cinco derrotas electorales consecutivas a manos del peronismo provincial, y todo parece indicar que se encamina hacia otra. Para colmo de males, el caso tucumano podría volverse contagioso y eso es ya una preocupación mayor para Macri.        

En Tucumán asoma una potente herramienta electoral surgida de la aleación de dos metales, PJ-Unidad Ciudadana a nivel provincial, lo cual tendría contraparte a nivel nacional. Cristina Fernández ha mostrado lucidez y reflejos característicos con la prescindencia en las internas provinciales primero (para no generar fisuras funcionales a Cambiemos) y el consecuente y coherente acercamiento con algunos peronismos provinciales. Tal parece ser el caso en Tucumán, sexto distrito electoral del país y emblema de resistencia norteña al macrismo. El 17 de Octubre pasado en esa provincia, durante el masivo acto del Día de la Lealtad, ante diversos dirigentes nacionales de fuste, Juan Manzur lanzó: “No puede haber una diferencia entre nosotros mayor que la que tenemos con Macri”, dicho de otro modo, el límite no es Cristina, es Macri, compañeros. Ese proceso tuvo hace días una nueva señal. Manzur ha sido explícito, Cristina Fernández de Kirchner es una pieza clave para el armado del frente nacional, invitando a todos sus colegas y amigos con aspiraciones a sumarse y sumarla en una gran PASO nacional. Lo dice un gobernador con peso en el peronismo nacional. CFK es sinónimo inconfundible de oposición a Macri y, por ello, lidera las encuestas de opinión de propios y extraños, dicen los consultores. No se puede sin ella. Si priman el pragmatismo, la mística ganadora peronista y, por sobre todo, el clamor popular, el frente nacional puede sumar volumen. Los gestos de CFK para que Unidad Ciudadana cierre acuerdos con los peronismos provinciales tienen un nuevo capítulo en Tucumán, donde el PJ provincial habilitó formalmente al gobernador a establecer alianzas políticas, mencionando explícitamente a UC en el texto. La presencia de representantes de esa fuerza política y el clima del convite, que contó con la presencia del gobernador y su vice, sugieren que en el futuro cercano habría un acuerdo PJ-UC. Es una posibilidad concreta.  

Terminemos en una nota más bien académica. ¿Qué es la unidad? Un uno múltiple, la unidad en la diversidad. Es articulación de diferencias, diría Ernesto Laclau. No son solo las personas y los territorios, para entender la unidad y poder lograrla, son más importantes las banderas. Hoy siguen más vigentes que nunca: soberanía política versus gobierno del FMI, independencia económica versus endeudamiento y justicia social versus pobreza y falta de empleo. Pues bien, esas son las banderas que cierran la grieta, que pueden captar la voluntad de la mayoría de los argentinos. Porque como decía Laclau, no hay democracia sin pueblo, y no podemos permitirnos perder cuatro años más, el pueblo dice basta.

* Ministro de Educación de Tucumán. Doctorado en Gobierno de la Universidad de Essex (bajo la dirección de Ernesto   Laclau).