La inercia heredada de 2018 junto a la inflación que todavía está reprimida y la oleada de tarifazos hacen que el avance general esperado de los precios este año sea superior al 30 por ciento. Con tasas de interés reales muy positivas y su política tarifaria, el Gobierno sigue fogoneando a los precios y sólo la recesión imprime algún tipo de resistencia. En ese contexto, el gobierno mantiene en Precios Cuidados, una de las pocas herramientas de regulación estatal sobre los precios que componen la canasta básica de consumo, una actitud ambigua. Después de amagar con la finalización del programa alegando un excesivo intervencionismo, ahora el Gobierno apeló a un parcial fortalecimiento con la incorporación de mayoristas. El discurso oficial también habla de un aumento en los controles en las góndolas, aunque las entidades de consumidores continúan advirtiendo que la presencia del programa es muy baja y que se desmanteló con despidos masivos el área de gestión y fiscalización. Además, se observa en la canasta de bienes del programa una sub-representación de los artículos esenciales del hogar en relación al consumo promedio.

 La etapa vigente de Precios Cuidados se inauguró a comienzos de enero y rige hasta el 6 de mayo. Cuenta con 566 productos en supermercados y 221 en mayoristas. Los productos tuvieron una suba promedio del 4,4 por ciento con respecto a la etapa previa. A lo largo de 2016 y 2017 el Gobierno dejó entrever que la continuidad de Precios Cuidados era algo transitorio, prácticamente dejaron de haber controles y la presencia del programa se redujo notablemente. Además, las áreas de la Secretaría de Comercio abocadas a la gestión, fiscalización y aplicación de multas del programa fueron de las más castigadas por los despidos en el Estado.

 Con el estallido de la crisis inflacionario el Gobierno prestó mayor interés a Precios Cuidados. “Hubo cierto fortalecimiento con la incorporación de empresas del canal mayorista, si bien ese segmento sigue siendo limitado, con sólo 73 bocas de expendio. El ingreso de mayoristas retoma la idea originaria del Programa que apuntaba a ´ir hacia atrás en la cadena de comercialización´. Paradójica mente, ese tipo de acuerdos fue lo primero que eliminó Cambiemos”, apuntan Herman Lechera y Federico Godos, investigadores del CEPA. Por otro lado, desde la Dirección de Defensa del Consumidor indicaron a este diario que “se realizaron 3000 operativos de relevamiento donde se relevó que un 70 por ciento de los establecimientos tenían disponibilidad de los productos. De los que no tenían disponibilidad, están en proceso 41 actas”. El CEPA planteó que “desde finales de 2018 hay mayor señalización en las góndolas”.

 Fuentes del supermercados consultadas por este diario indicaron que “están habiendo más inspecciones, de parte del Gobierno y de universidades en convenio con el Gobierno. Pero los controles están concentrados en distritos metropolitanos, o sea, son muy sesgados. Y casi no hay multas, son actas de advertencia”. Héctor Pollino, de Consumidores Libres, explicó a este diario que “con esta ultima renovación desde el Gobierno se comprometieron a ejercer un mayor control sobre el programa. Nosotros creemos que mejoró un poco pero siguen faltando muchos productos en las góndolas. El programa requiere de más sanciones a los in cumplidores”.

 Para Ovalado Basando, titular de la entidad Aduce, “PC está en contados supermercados. Ahora aparecieron un poco más, en Coto y Jumbo se ven un poco más, generalmente los días en que los supermercados no venden a nadie”. Claudio Boada, director de Usuarios y Consumidores, considera que “Precios Cuidados sigue en extinción, hay falta de productos y los supermercados prior izan su propia”. Lechera y Godos, del CEPA, detectaron que “la proporción de alimentos y bebidas en Precios Cuidados representa el 63 por ciento, mientras que en la canasta del índice de precios al consumidor (PICA) del Índex tiene un peso del 85 por ciento, lo cual implica un sub-representación”. En 2018, el rubro del IPC alimentos y bebidas tuvo un aumento del 51,2 por ciento, por encima del promedio de inflación de la economía del 47,6 por ciento.