Reecard Farché, Anklepants, Face Head, son la misma persona. Incluso más que eso. Por el modo en que se expresa este artista australiano radicado en Alemania, parecería que Reecard Farché es como una entidad por fuera de los límites corporales. “El primer show de Anklepants fue en Sydney, en 2008, con dos Reecard Farchés. Luego de esa fecha, Anklepants ha sido una banda de un solo Reecard Farché”, cuenta. “Ese Reecard Farché toca guitarra desde los 9 años, tuvo varias bandas y continúa teniendo proyectos musicales en los que la guitarra es su principal instrumento. Aunque Reecard Farché está influenciado por toda la música y los animales: todo es importante en algún momento.”

Anklepants es su proyecto musical y performático de electrónica experimental, en el que los procesamientos, filtros y toda variable modificable está vinculada al movimiento de su cuerpo, su micrófono y su inconfundible cara. Anklepants toca con una máscara que tiene un dildo animatrónico (o sea, un pito que se mueve) con sensores y comandos con los que activa, desactiva, modula y rutea sus composiciones. “La voz y la manipulación vocal con el micrófono son el componente principal del show, desde mi perspectiva”, entiende. Aunque basta ver lo aterradas que parecían algunas personas en su show en el Boiler Room de Berlín para saber que sus cualidades perfomáticas no pasan inadvertidas.

La música de Anklepants se siente mutante. El álbum Social-Patching-And the pixel Pageant facéd boy (2015) tiene momentos industriales, el track que abre su disco Ocker (2018) comienza con un loop de guitarra cálida, mientras que su más reciente simple, Proclamation, avanza en un clima cavernoso hasta que al minuto y medio quiebra en un teclado movedizo que parece como de Stevie Wonder, y aparece la voz con estelas de un derretimiento digital. En Anklepants hay pop experimental, tecno e ironía, y todo se hará presente este sábado en una suerte de cumbre de la electrónica demente local.

Es muy atractivo el proceso de cómo se construye esa espiral de sonido. “La reproducción de las pistas y la disposición se manipula en gran medida con las entradas de los sensores en mi cuerpo, en el facecontrol-suit, y por los controles de entrada en el micrófono facécontrol5”, explica. Gran parte de todo su hardware y las evoluciones de sus creaciones pueden verse en su cuenta de Flickr. Y es apabullante. “Todo el material pregrabado es tocado en instrumentos o programado por mí. Y todo el hardware y software, el micrófono, la máscara, los patches de Max/MSP y la programación en C++ están hechos por mí. Recientemente recibí ayuda y algunos consejos para parte de la programación, pero es muy importante para mí que todas las herramientas utilizadas estén hechas por mí desde cero.”

Reecard explica cómo son los procesos que involucran a la máscara, el micrófono y su traje, y lo hace de manera tan extensa y técnica que podría ser una nota aparte. Lo elemental: “Actualmente, el sistema cuenta con más de 50 entradas booleanas y flotantes en tiempo real, que incluyen interruptores táctiles, potenciómetros, acelerómetros, sensores fsr –disparadores de pie en los zapatos–, sensor PSI/controlador de respiración, así como micrófono dinámico y otras salidas PWM –de Arduino– que uso para elementos de retroalimentación como bomba de agua, servomotores y LED”.

Hoy, alguien que hace música en un DAW u otro dispositivo de hardware/software, sólo está limitadx por su imaginación y la capacidad de su computadora, en cuanto a la cantidad de parámetros que se pueden modular en una pieza predefinida usando la automatización y otras técnicas de programación. “En vivo o en tiempo real, la mayoría de las personas sólo trabajan con dos entradas humanas, posiblemente junto con algunas envolventes generadas o predefinidas para efectos o modulaciones.” Eso es lo que vino a cambiar Reecard Farché.

Él entiende que los controladores industriales no se adaptan al movimiento natural del cuerpo sino al revés. “Como humanos que vivimos en nuestra cotidianidad, aprendemos a mover nuestros cuerpos y podemos repetir esos movimientos muy precisos. En lugar de entrenar al cuerpo para que se mueva de manera incómoda para aprender un instrumento ‘convencional’, me pareció lógico construir un sistema de control de entrada físico, que se adapte al cuerpo y su conjunto de movimientos existente. En especial después de haber gastado gran parte de mi vida aprendiendo algunos de estos instrumentos.”

Tal sistema le resulta bien para la improvisación: “Estoy trabajando para tener el sistema en tiempo real sin elementos de reproducción. Los álbumes de estudio / las obras también serán así, sin más pistas lineales programadas”. Entre tales procesos y estructuras, la creación ocurre de maneras variadas: “A veces tengo ideas musicales en la cabeza, melodías o solo una idea estructural, así que empiezo a trabajar en la música. También puedo tener la idea de una nueva forma de modular un parámetro o para un nuevo controlador de entrada. Puedo comenzar a trabajar en un nuevo micrófono o diseño o una nueva entrada al sistema en Max/MSP”. El flujo de ideas podría detenerse ahí, pero no. “Cada medio alimenta al otro y todo es un gran trabajo, todas las ideas alimentan a la siguiente y no sé de dónde provienen las ideas iniciales, pero para mí es muy importante no restringirme a un medio, las ideas tienen que fluir en cada orificio disponible”.

¿Temés que por la fuerte carga visual, la música pueda convertirse en un elemento de fondo?

–Depende realmente de dónde estés. Algunas personas están obsesionadas con el aspecto de las cosas y las adaptan al aspecto de su subcultura elegida, que va con el estilo musical elegido o algo así. Entonces creo que sí, estas personas se desvían al pensar cómo se ven las cosas en lugar de qué están haciendo o diciendo. Las personas que no entienden las cosas son generalmente despectivas. Mi rostro tiende a sacar a la superficie estas distinciones.

* Anklepants toca el sábado 9 a las 21 en el LXCN Fest, en Otra Historia Club Cultural, Estomba 851.