El Morumbí no le quedó para nada grande a Talleres, que empató anoche 0-0 con San Pablo y defendió el 2-0 conseguido en Córdoba para acceder a la siguiente fase de la Copa Libertadores, donde lo espera Palestino, de Chile. El ganador de ese cruce –con fecha a definir– pasará a formar parte del Grupo A junto a River, Inter y Alianza Lima.

Con sólo una participación de Copa Libertadores en su haber (no pasó de la fase de grupos en la edición 2002, donde compartió zona con River, América de México y Cortulúa de Colombia), Talleres dio, por momentos, cátedra en la histórica casa de San Pablo, club tres veces ganador del certamen y subcampeón en otras tres ocasiones. De la mano de un iluminadísimo Tomás Pochettino –autor de uno de los goles en la ida– y un emotivo Cholo Guiñazú, el elenco cordobés tomó posesión del mediocampo y le hizo imposible las cosas al local, que no pudo recurrir sino a la violencia.

En ese rubro, los brasileños fueron ampliamente dominadores y, si la clasificación dependiese de las patadas, ya estarían haciendo las valijas para ir a Chile. Es que la primera parte fue una verdadera carnicería, repleta de potentes barridas de los jugadores de San Pablo que tenían como único objetivo las piernas rivales. Eso provocó muchas veces la desesperación del banco cordobés, que reclamaba al cuarto árbitro por la permisiva actuación del juez principal, que dio vía libre al castigo local.

Con algunas piezas de renombre europeo, como el lateral Bruno Peres (cuyo pase pertenece a Roma) o el volante Hernanes, alguna vez figura de Lazio, fue recién en la segunda parte que San Pablo mostró una imagen digna. Sin embargo, sólo fue posesión pasiva de la pelota, sin generar algo que pudiese brindarle una ocasión más clara que la que tuvo Diego Souza a los 30, cuando sin marca y frente al arquero, remató desviado de cabeza.

Cerca del final (y de la eliminación), San Pablo volvió a optar por la pierna fuerte con una patada voladora de Everton que le dejó el rostro bañado en sangre a Enzo Díaz. Roja directa para el brasileño y para las aspiraciones de San Pablo. Del otro lado, luz verde para un gran Talleres, que hace cuatro años militaba en el Torneo Federal A y, ahora, se ubica a un solo paso de la fase de grupos en la Libertadores.