"Suelo decir que era cautiva". Las palabras salen cargadas de angustia de boca de la joven que desde los 12 a los 18 años fue abusada por su progenitor. Como consecuencia de los ataques sexuales, tuvo una hija a los 14 años. Cuando tenía 17, Mario Rubén Castillo también intentó matarla de un disparo en el cuello y la dejó en una silla de ruedas. Ayer, la mujer de 22 años lo vio por primera vez en casi cuatro años, desde que logró escapar de Chaco, donde el agresor la llevó a vivir con sus hermanas. La de ayer fue la última audiencia de producción de prueba del juicio oral y público y el acusado negó la acusación. El lunes se realizarán los alegatos de cierre, previos al veredicto del tribunal. La fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, Alejandra Raigal, pide 39 años de prisión.

A la joven le cuesta hablar de aquellos años, pero se fortalece cuando reclama que haya una condena para Castillo, después de todo el daño que le causó. En la presentación del caso, la semana pasada, la fiscal dijo que tanto ella como su hermana mayor, que no era hija biológica del imputado, sufrieron los "aberrantes" abusos. Los sucesos comenzaron con "tocamientos", cuando M. tenía 12 años, pero con el correr del tiempo "llegó al acceso carnal". Con su hermana sucedió algo similar, pero fue sometida desde los 10 y a los 17, cuando pudo irse de la casa.

La víctima, que permanece en una silla de ruedas luego de recibir el disparo, tuvo una hija a los 14 años, pero los abusos no cesaron. Hoy es acompañada y representada por el Centro de Asistencia Judicial (CAJ) y asegura que gracias a la atención y contención del equipo de profesionales pudo salir adelante. "Ellas me salvaron, me mostraron el camino de la liberación y me cuidaron mucho", dijo sobre abogadas, psicólogas y trabajadoras sociales que intervinieron tras la denuncia.

En ese sentido, recordó que cuando hizo la presentación contra su padre, éste quedó detenido y sintió "un alivio" que le permitió dejar de tener miedo. Con la mirada clavada en el piso, aseguró: "Siempre pensaba que me iba a ir a buscar y me iba a matar. No podía salir a la calle, lo veía en todos lados". También tenía temor por la vida de su hija.

Para M., la vida "es muy difícil" y aseguró que su hermana más chica, de 16, la ayuda en la crianza de su hija. "Cuando la tuve fue como criar a mi hermana, todavía me cuesta mucho sentirme madre; pero siempre estuve sola. Yo le enseñé que me diga mamá, que soy su mamá, porque no quería que crezca con vacíos. Ella está llena de amor", aseguró.

Tras ver a su progenitor ayer, sentado frente al Tribunal y contar hechos de manera muy diferente al relato de víctimas y testigos durante el debate, se manifestó "conmovida, desarmada y vulnerable como en ese tiempo. Me sentí como cuando era chica", aseguró. Y agregó que tenía otras expectativas: "Tenía la esperanza de que se declarara culpable, de que se hiciera cargo por lo que hizo, pero me encontré con más de lo mismo. Fue incoherente", calificó.

Es que Castillo declaró sobre hechos que la víctima asegura que no existieron. En su relato dirigió la culpa a terceras personas y acusó también a la muchacha por las amistades que tenía en su adolescencia.

Fiscalía y querella acusan a Castillo por los abusos reiterados, pero también lo imputaron por intentar matar a M. con un arma de fuego calibre 38, que según él le prestó un amigo "por seguridad". Ese hecho se produjo el 16 de noviembre de 2013, en la vivienda que compartían en Granadero Baigorria. La bala le dio en el cuello a la joven, que tenía 17 años y la dejó cuadripléjica. Sin embargo, los sometimientos no terminaron, sino que en la localidad chaqueña de José de San Martín -donde Castillo arrastró a la familia, en julio de 2014-, "siguió abusándola". En 2015, la chica y su hija lograron escapar, con la ayuda de un hermano más grande que las trajo de vuelta a Rosario.

El próximo lunes se escuchará el alegato final de las partes; mientras que los jueces María Chiabrera, Facundo Becerra y Martín Lanzón analizarán la prueba expuesta en las audiencias y pondrán fecha para dar a conocer la resolución.