Que "Los Días Contados", el envío semanal que conduce Pablo Feldman -de lunes a viernes a las 14 por Telefé Rosario-, alcance la temporada número diez a partir de mañana, no sería novedad si se atiende a la permanencia en el tiempo de los proyectos periodísticos que lo involucran. "Me da la sensación de que es eso lo que deja sedimento, porque da la posibilidad de un análisis con perspectiva y con retrospectiva: dónde está uno parado, dónde estaba cuando arrancó, y dónde sigue en términos ligados a cuestiones vinculadas con los principios. Después hay vaivenes, hay cambios de opiniones, tanto de uno como de quienes son los entrevistados y protagonistas del programa, pero hay cosas que son las que permiten el sostén del producto. En ese sentido, el programa y el laburo nuestro son invariables en temas fundamentales, vinculados a las libertades públicas, los derechos humanos, el rol del estado, la defensa de los más humildes. Nosotros hacíamos la broma de que en otro canal, el único que defendía a los pobres era el Zorro (risas). Eso para ratificar nuestra pertenencia a la pantalla de Telefé", señala el periodista y director de Rosario/12.
-Dada la coyuntura, ¿dónde está parado hoy el periodismo?
-Como siempre, el periodismo tiene un rol fundamental. Discrepo con colegas que han trabajado y que han dejado la profesión ahora, por considerarla una "zona de confort". El laburo del periodista, en esencia, tiene que en algún punto molestar, incomodar e interpelar al poder, y hoy se trata de un momento crucial, definitivo. Puede ser un punto de inflexión en la vida de los argentinos: la nueva posibilidad de elegir Presidente de la República, de modificar el rumbo o eventualmente ratificarlo, pero siempre dentro del estado de derecho. Y con las diferencias, incluso a veces agudas y profundas, respetando las reglas del juego. Hacer valer efectivamente esa herramienta fundamental que es el voto. Ahí es donde el laburo del periodista tiene que estar expuesto a que la gente tome nota, vea lo que pasa, tener una lectura más profunda, contextualizar los hechos y tratar de mostrar la realidad tal como uno cree que es. Sobre todo en un momento donde hay tanto bombardeo, tanta posverdad, tanta construcción mediática, tanto marketing. Hay que tratar sobre la mesa las cosas en blanco y negro.
-En lo personal, ¿qué te aporta la televisión?
-Este programa es una suerte de amplificador de la tarea periodística de tantos años y consecuente en otros medios. Nosotros vamos a cumplir prontito 30 años con Rosario/12, este año cumplimos 15 con Radioactividad en la radio, y casi una década con este programa y con Aislados. La impronta televisiva te da masividad y una repercusión mucho más amplia en lugares donde no llega el diario, donde la radio tiene un espectro altísimo con otras emisoras, y donde los canales de aire -independientemente de las señales de cable y del auge del streaming- siguen teniendo su peso y su incidencia. Creo que el efecto multiplicador de la televisión para el laburo periodístico que realizamos nosotros es importante, desde el punto de vista, insisto, de la estrategia, para tratar de llegar a una instancia mayor de reflexión y tratar de ofrecer alternativas. Ése es para nosotros el valor sustancial que tiene nuestra producción televisiva, junto a la continuidad, efectivamente, y la libertad con la que lo podemos hacer. A ese efecto multiplicador se lo llama habitualmente sinergia, es lo que venimos haciendo en la radio, en el diario, en nuestra página web (http://www.radioactividad.com.ar).
-Le agregaría cierta cualidad de la imagen y el vivo, en donde los gestos delatan al entrevistado y lo obligan a prepararse de otra manera.
-Es más transparente, es inocultable. Lo digo cuando me toca laburar en las transmisiones de los escrutinios, cuando se cuentan los votos, y cuando los colegas van a los distintos centros de cómputos. Al televidente le digo que mire las caras, el gesto, que escuche y analice el movimiento de las manos, la postura del cuerpo, para saber si le están diciendo la verdad, si están efectivamente ganando. Hay un lenguaje televisivo al que soy, no digo ajeno, pero sí un tanto displicente, precisamente por esa pertenencia al medio gráfico, a la radio, en donde el rigor está más en el contenido que en el continente o en la imagen. Pero es como decís, me doy cuenta cuán incómodos a veces están algunos entrevistados, y cuán diferente puede ser la nota en la medida en que no estén tan incómodos.
-¿Te acompaña el grupo periodístico habitual?
-La producción ejecutiva es de Praxis, empresa familiar fundada por mi viejo hace ya más de 30 años; el productor periodístico es Leo Ricciardino; otro productor y también especializado en temas del Concejo -este año va a hacer también cámara- es Juan Giosa; junto al respaldo técnico y periodístico de todo el canal, que siempre se comportó muy bien con nosotros, no tengo más que palabras de agradecimiento para todos ellos.
Y concluye: "La perspectiva es la de seguir haciendo periodismo, y contribuir a que la gente tome conciencia y decida su propio destino. No hacemos periodismo para ninguna otra cosa que no sea eso".